Una asociación cultural de fieles valencianos y aragoneses promueve el Camino del Santo Grial, una ruta de peregrinación desde Jerusalén a Valencia para rendir culto al Santo Cáliz que opta a convertirse en Itinerario Cultural Europeo. Vida Nueva ha entrevistado a una de sus creadoras para conocer los motivos y principales hitos de este proyecto espiritual y turístico.
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La idea comenzó a gestarse al calor del éxito del Camino de Santiago y las Cabalgadas de Jaca, y al culto rendido por el papa San Juan Pablo II a la copa valenciana en 1986. La idea se gestó en 1999. La Cofradía del Santo Cáliz, con e apoyo de la Asociación de Amigos del Caballo de la Jacetania promovieron un itinerario de peregrinaje para los caballistas entre Jaca y la capital del Turia que, pronto, se homologó para andariegos y ciclistas.
A pesar de las dificultades de los primeros años, surgió la Asociación Cultural El Camino del Santo Grial. El impulso académico de la Universidad de Zaragoza terminó de consolidar el proyecto, que cristalizó, primero, con la señalética de la ruta en Huesca, y, luego, con la creación de una comisión científica de estudios del Santo Grial. El aval de los investigadores a la historicidad de la pieza permitió atraer la atención de las instituciones.
La doctora en Historia del Arte y presidenta de la asociación, Ana Mafé, aplicó el método científico a la tradición oral cristiana de los últimos 17 siglos en Hispania respecto a esta reliquia, un vaso consagrado de piedra de 3 milímetros de espesor. “Mi sorpresa fue que, al aplicar el método iconológico y cruzando datos con otras técnicas como la volumetría, entre otras, descubrí que se trata de la única copa de bendición entera datada en la etapa del Segundo Templo y es contemporánea del período de Herodes el Grande“, asegura.
Jubileo a perpetuidad
La tradición cuenta que se trató de una copa viajera, habida cuenta de las pruebas artísticas de sus traslados en frescos, bajorrelieves y estatuas que prueban ese trasiego. “San Pedro la llevó a Roma. En el año 258, San Lorenzo puso a salvo la reliquia en Huesca con una carta y una comitiva ante las intenciones del emperador Valeriano de expropiar y acabar con la comunidad paleocristiana romana”. En 1071, el obispo de Jaca lo llevó a San Juan de la Peña. Tras pasar por las manos de la Corona aragonesa el Santo Cáliz fue entregado en 1437 al Cabildo Catedralicio de la ciudad de Valencia, en cuya catedral ha permanecido desde entonces, salvo durante la guerra de independencia, la guerra civil y dos visitas de regreso a Jaca.
En 2015, el papa Francisco, auspiciado por el arzobispo Carlos Osoro, concedió un Jubileo a perpetuidad a Valencia por la pieza que se celebra cada cinco años -esta vez es del último jueves de octubre de 2025 al de 2026- y que coincide este 2025 con el recientemente iniciado por Bergoglio en Roma. “Nos sitúa por frecuencia como el camino jubilar más importante de la Cristiandad, aunque sea el más joven”, continúa Mafé.
Experiencia espiritual y estética
El camino plantea un viaje desde Jerusalén a Valencia, pasando por Roma, Nápoles, Toulouse, Provenza, San Juan de la Peña, Huesca, Zaragoza, Teruel y Valencia. La asociación, apoyada por la Diputación de Valencia, ha presentado el proyecto para que se convierta en Itinerario Cultural Europeo, agregando a su carácter espiritual la posibilidad de percibir el viaje a nivel estético y social conociendo los paisajes, hechos históricos y fenómenos culturales relacionados. Especialmente, los vinculados con los territorios de la Corona de Aragón.
La entidad insta a las administraciones a acoger a los peregrinos, que cuentan con infraestructuras en todas sus etapas para ser atendidos en lo material y lo espiritual. La asociación cuenta con una página web y ofrece una credencial para los viajeros que se consigue escribiendo a la dirección de correo electrónico elcaminodelsantogrial@gmail.com. Mafé concluye: “Lo más emocionanbte de este camino es que la gente sufre una transformación en positivo porque les invita a buscar su mejor versión”.