Colombia se prepara para celebrar 1700 años del primer Concilio ecuménico cristiano de Nicea

Realizarán este evento durante la Semana de Oración por la unidad de los cristianos, en junio, comenzando por el Pentecostés y terminando por la Santísima trinidad

Comié ecuménico Colombia

Los 1700 años del Concilio de Nicea también se conmemoran en este 2025, por lo que el episcopado colombiano allana el camino para que durante la Semana de Oración por la unidad de los cristianos de este año, pautada en junio, se celebre este hito.



Comenzando por el Pentecostés y terminando por la Santísima trinidad, los prelados han elegido organizar con diferentes confesiones de fe la fiesta de este primer Concilio ecuménico cristiano celebrado en Nicea, cerca de Constantinopla, en el año 325 d.C..

Por ello, han organizado una primera reunión, encabezada por el Comité ecuménico del Episcopado, en la que participaron Iglesia ortodoxa griega, presbiteriana, metodista, siro-ortodoxa, episcopal de comunión anglicana, luterana de alemania, evangélica luterana de colombia y cristiana menonita.

Además de estrechar “lazos de hermandad” han discutido detalles de la Semana de oración como una oportunidad para reflexionar sobre temas comunes y, en especial, mantener la fe que sigue “viva y fecunda”.

Recepción del ecumenismo

Francisco Ceballos, obispo de Riohacha

Francisco Ceballos, obispo de Riohacha, es el presidente de la Comisión Episcopal de Promoción de la Unidad y el Diálogo.

Francisco Ceballos Escobar, obispo de Riohacha y presidente de la Comisión Episcopal de Promoción de la Unidad y el Diálogo, lidera estas acciones con un equipo integrado por José de Jesús Quintero Díaz, vicario apostólico de Leticia; Juan Manuel Toro Vallejo, obispo de Girardota; y por Luis Alfonso Urrego Monsalve, administrador diocesano de Santa Rosa de Osos.

El director actual de este departamento es Carlos Arias Jiménez. En Colombia, el ecumenismo viene recepcionando desde la Conferencia general del episcopado en Medellín (1968).

Es de este modo como los preceptos del Concilio Vaticano II han venido implementándose a partir de la premisa de la unidad entre todos cristianos, quienes “invocan al Dios Trino y confiesan a Jesucristo como Señor y salvador”.

 

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