Las diócesis invitan a más oración, abstinencia que permita ahorrar en alcancías especiales y solidaridad apoyando programas de ayuda a adultos mayores
En todas las diócesis chilenas está desarrollándose la campaña Cuaresma de Fraternidad. El pasado Miércoles de Ceniza la Iglesia le dio inicio en Valparaíso, con la participación del obispo auxiliar local, Mario Salas, OdM., y dirigentes de Cáritas Chile, institución que la organiza.
Allí se presentó el lema para este año: “Bienaventurados los viejos: porque en ellos habita la memoria, sabiduría y futuro”, inspirado en el título del poema del ya fallecido sacerdote Esteban Gumucio, ss.cc., que invita a mirar a las personas mayores con amor y gratitud, reconociéndolas como portadoras de historia, testigos de fe y pilares de esperanza.
Desde 1982 esta campaña incentiva a vivir la espiritualidad cuaresmal, invitando a una vida más austera que permita ahorrar para aportar a proyectos que benefician a grupos vulnerables.
En el trienio que comienza este año, esta iniciativa tendrá como principales beneficiarios a las personas mayores orientando hacia ellos el dinero recaudado durante la Cuaresma a través de alcancías que reparten las parroquias a cada familia y que se recogen el Domingo de Ramos.
La encargada del Fondo Nacional de la Campaña, Alejandra Acosta, invitó a llevar una vida más austera en esta Cuaresma, pensando en las “personas mayores que trabajan en la Iglesia, que siguen sirviendo en el trabajo, en la vida pública, en la vida familiar; una invitación también para que podamos pensar en aquellas personas que se encuentran postradas, más solas. Son 40 días que podemos dar, entregar para nuestros hermanos, pensando en aquellos que tenemos guardados en nuestros corazones, los abuelos que nos enseñaron a rezar por las noches… Que en esta Cuaresma podamos ayudar a quienes más nos necesitan”.
Nury Callata, Coordinadora del Programa Personas Mayores de Cáritas Chile, destacó que “las personas mayores en sus comunidades trabajan en ayuda humanitaria, trabajan haciendo acompañamiento espiritual y colaborando en las colectas nacionales. Es importante valorar ese trabajo y ese aporte que ellos realizan en nuestra iglesia, así que para nosotros representar toda esta experiencia de personas mayores es muy importante, poder visibilizar esa experiencia y esa memoria”.
En la celebración del Miércoles de Cenizas, en Iquique, el obispo local, Isauro Covili, ofm, recordó que la Cuaresma es un tiempo de conversión y transformación interior. “Para ello, necesitamos un profundo autoconocimiento, hacer un viaje interior con una conciencia crítica. La metanoia, ese volvernos a Dios desde lo más profundo de nuestro ser, nos invita a reencontrarnos con el Señor”, dijo el obispo.
Luego, Covili destacó la importancia de este camino penitencial como una oportunidad para redescubrir nuestra identidad bautismal: “Somos tierra, tierra traspasada por el aliento de Dios que nos da vida. Los procesos de conversión no son superficiales, sino que nacen desde el interior y se reflejan en nuestra vida”.
Finalmente, llamó a vivir la Cuaresma con un espíritu de compromiso y alegría: “No es un período de dolor y sufrimiento, sino un tiempo profundo de renovación de nuestra condición de bautizados y discípulos de Jesús”, dijo el obispo de Iquique.