El sumario del caso del sacerdote del Colegio Highlands El Encinar de La Moraleja que presuntamente agredió sexualmente a cinco niñas en el centro, indica que las menores manifestaron tocamientos y penetraciones.
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El presbítero, exsecretario del fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, negó categóricamente ante el juez las acusaciones y aseguró ser víctima de su pasado por ser su asistente. La magistrada decidió dejar en libertad provisional al clérigo para el cuidado de sus padres, gravemente enfermos, a la espera de la vista oral y la correspondiente sentencia, en contra del criterio de la Fiscalía, que solicitaba la prisión provisional sin fianza. No obstante, la jueza consideró los hechos de muy graves, a la luz del sumario, tal y como recoge el diario El Mundo.
Los hechos acaecieron presuntamente entre abril de 2024 y marzo de 2025, una denuncia que se interpuso, siempre desde el relato del periódico, gracias a la iniciativa de los padres de una de las víctimas, cuando constataron que su hija presentaba un comportamiento depresivo e irascible, y dolores genitales.
Según manifestó la niña a sus progenitores, el cura “a veces nos molesta” y mantuvo que “nos lleva a sitios secretos”. A la par, relató tocamientos por debajo de la ropa interior y penetraciones. Según el auto, “les dice a sus amiguitas y a ella que tenían que hacer cómo bromas, que hicieran cosas malas sin contarlo, que eran secretos”.
Estrés postraumático
Los padres de otras menores añadieron nuevas denuncias ante la Unidad de Atención a la Familia y la Mujer de la Policía Nacional en los que coincidían los relatos. “Les hace el truco de la goma” o “las lleva al baño y juega con ellas”. Según los relatos, algunas niñas de Primaria evitaban contacto con el sacerdote. “‘Que ella no quiere que le haga eso’ y que si intentan irse el padre Marcelino les chista y les dice ‘¿dónde vas?, ven aquí'”, apunta también el sumario.
El escrito judicial expone que algunas de estas alumnas de Primaria padecieron “picores en sus partes íntimas”, haciendo constar los progenitores que las menores habían aquejado dolores anales y vaginales en distintas ocasiones. Varias de ellas también presentan sintomatología compatible con un cuadro de estrés postraumático con bloqueos mentales cuando trataban de recordar la “vez que fueron a la capilla con el padre Marcelino”, seguidos de episodios de aislamiento en su entorno familiar.
En este sentido, otras menores comenzaron a presentar un cuadro de claustrofobia, “sobre todo en los baños públicos [siendo los aseos uno de los lugares en los que presuntamente el cura también habría agredido sexualmente a las niñas] y los ascensores”.
