El padre Guillermo Tanos sdb, director de la Casa Salesiana Emaús de Bahía Blanca y rector de la Universidad Salesiana Argentina, dirigió un mensaje a toda la familia salesiana de Argentina, a diez días de la catástrofe climática, sin precedentes, que vivió la ciudad, ahora devastada. “Hoy nos dirigimos a ustedes con el corazón lleno de gratitud y esperanza, en medio de la dura realidad que nos toca vivir”, expresó el salesiano.
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Aseguró que están allí, acompañando y compartiendo el dolor de la gente, golpeada por una tragedia que les dejó profundas secuelas. Sin embargo, aseguró que se sienten orgullosos y agradecidos por la solidaridad y el compromiso de los jóvenes de sus casas “que, generosamente, ponen el cuerpo y el alma para dar respuesta a las primeras necesidades”.
Compañía y asistencia
Contó que, en estos días, están colaborando con el Estado municipal como un “punto caliente”, asistiendo a los vecinos en sus urgencias. Además, comparten contacto y trabajo con la red de cuidado de la salud, acompañando situaciones de enfermedad e infección, y con la Cáritas Diocesana y el Hogar de Cristo.
El director salesiano comentó que, desde el primer día de la inundación, comenzaron con varias ollas populares en distintos barrios de la parroquia Don Bosco – La Piedad. Rápidamente, “la respuesta de nuestra gente, sobre todo de los jóvenes voluntarios de las obras salesianas, ha sido inmensa”. Fueron los primeros en salir al encuentro de los más necesitados, llevando un plato caliente, pero también cercanía y esperanza a los rincones más devastados.
Reconocimiento
Tanos compartió que, con sincera humildad, la sociedad bahiense reconoce el acompañamiento que están haciendo las distintas obras salesianas, donde los directores con sus consejos de obra, se han puesto al servicio para socorrer las primeras necesidades.
Asimismo, agregó que cuentan con un grupo inmenso de voluntarios y voluntarias para clasificar la ropa, para recorrer las familias, para ayudar a limpiar y desinfectar las casas y para acompañar situaciones de estrés postraumático.
“Nos conmueve la solidaridad, la cercanía y el cariño de las obras salesianas de nuestra Inspectoría. Varias casas han aportado dinero y otras han mandado camiones con distintos artículos de primera necesidad. Todo se está repartiendo en forma sistemática, llegando a los más alejados. Llevamos también un registro exhaustivo para transparentar dónde van las distintas ayudas”, profundizó el director.
Finalmente, aseguró que sienten dolor por la tristeza del pueblo bahiense, pero están muy esperanzados en la fe y la misión salesiana.
