Los salesianos, en el transcurso de su 29º capítulo general, reunido estos meses en la ciudad italiana de Turín, han aprobado que los religiosos laicos –llamados en la tradición salesiana “coadjutores”– puedan ser superiores de comunidad sin que se le requiera la ordenación sacerdotal. Según la información oficial de la asamblea “el 13 de marzo será recordado como un hito en la historia de la Congregación Salesiana” –si bien se comunicó solamente dos días después–. Y es que, informan, “se aprobó una resolución que permitirá, ‘ad experimentum’, asignar el rol de director de una comunidad salesiana a cualquier miembro, sin que sea necesario que sea un sacerdote ordenado”.
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Debate complejo
La cuestión ha surgido a partir de la aplicación de una decisión del papa Francisco que entró en vigor en mayo de 2022, un rescripto que permitía poner al frente de una congregación o una sociedad de vida apostólica clerical a un “hermano”, un religioso laico. Una orientación que se aplica también a los superiores de las comunidades o provincias religiosas. El primer ejemplo concreto fue la elección del español José Carlos Bermejo como primer provincial no sacerdote de la congregación de los camilos.
Ahora este debate, unos años después, ha llegado a los salesianos cuya normativa exige el sacramento de orden para sus superiores, si bien la congregación está formada por hermanos, diáconos permanentes y sacerdotes. Para los salesianos, que habían presentado la cuestión como “compleja”, esta decisión “estuvo acompañada de un intenso debate y un diálogo abierto y fraterno”. Uno de los superiores provinciales de España, Fernando García, ha publicado una tribuna en la que señala que el “debate en la asamblea ha sido muy rico y variado, aludiendo a argumentos teológicos y carismáticos”. Apunta que no se ha aplicado hasta ahora porque el debate se pospuso al capítulo general donde se ha debatido en torno a la autoridad del ministerio sacerdotal o la misma eclesiología sinodal que revaloriza la consagración bautismal.
¿Tiempo perdido?
Ahora bien, los salesianos no modificarán sus constituciones en este aspecto, ya que no se llegó a una aceptación de dos tercios de la asamblea, sino que tratarán la cuestión de cada casa siguiendo el proceso marcado por el Papa ante el dicasterio vaticano presentando caso por caso y solo para superiores locales, no así los provinciales o el rector mayor. En todo caso, la aprobación experimental, obliga a que la cuestión se retome dentro de seis años en el próximo capítulo.
Mientras algún blog italiano, crítico con Francisco, presentaba esta decisión como un signo de la decadencia de las congregaciones clásicas y de la vida religiosa en general; el ecónomo general de los salesianos, el coadjutor Jean Paul Muller, niega esta interpretación. Ahora bien, en una entrevista interna, lamenta que no se aplicara la resolución papal desde 2022, ya que “habría habido la oportunidad de adquirir algo de ‘práctica’”. Para el religioso laico con mayor visibilidad en el organigrama salesiano, “nombrar a un coadjutor como director habría sido una buena experiencia para discutir ya en este capítulo”. Aunque los hermanos son minoría entre los salesianos, el ecónomo confía en que “se desarrollará una dinámica positiva en esas comunidades e inspectorías, y posteriormente también en toda la Congregación”.