La solemnidad de la Anunciación conmemora el momento en que el Verbo de Dios se hizo carne en el seno de María Virgen. Esta festividad celebrada cada 25 de marzo, es considerada fundamental para la fe cristiana que permite reflexionar sobre la dignidad de la vida desde su concepción. Este es el tema de la carta semanal del obispo de Córdoba, Demetrio Fernández que defiende la vida hasta la última instancia.
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La carta semanal empieza hablando de la narración bíblica relata que el ángel Gabriel visitó a María para comunicarle el plan divino. “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”, le dijo el mensajero celestial. María respondió con fe y valentía: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”. “Con este ‘fiat’, la Virgen aceptó la voluntad de Dios y se convirtió en la Madre de Jesús“, escribe el obispo.
Jornada de la Vida 2025
La celebración de la Anunciación coincide con la Jornada de la Vida, que en 2025 lleva por lema: “Abrazando la vida, construimos esperanza”. En este contexto, las palabras de Demetrio Fernández ensalzan la defensa de la vida: “Desde la concepción somos personas. Desde el instante mismo en que el óvulo es fecundado por el espermatozoide, Dios crea el alma y tenemos una nueva vida, una nueva persona, con todos los derechos de vivir y con todas las obligaciones de quienes le rodean para no interrumpir su proceso de maduración”.
El desafío del aborto
El obispo de Córdoba recordó que actualmente, la defensa de la vida enfrenta diversos desafíos. Uno de los temas más debatidos es la legalización del aborto, que ha generado un amplio debate en la sociedad. “El aborto no es un derecho, es un drama que destruye dos vidas: la del niño y la de la madre”, ha señalado un obispo español. En España, desde la aprobación de la ley del aborto en 1985, más de dos millones y medio de niños han sido abortados, una cifra que ha impactado la demografía y el panorama social del país.
Otro desafío que se aborda en la carta pastoral es la situación de los ancianos y enfermos terminales. La eutanasia y el suicidio asistido se han planteado como soluciones ante el sufrimiento, pero “la eutanasia no es solución, ni el suicidio asistido. La persona que está bien atendida no quiere morirse. Quien quiere morirse es porque ha sido descartada ya hace tiempo por quienes debieran cuidarla”, escribe Demetrio. Y concluye recordando que en esta próxima fiesta de la Anunciación “María es especialmente protectora en los momentos críticos de la historia. Y estamos en un cambio de época, con múltiples amenazas. Abrazar, acoger y cuidar la vida es construir esperanza”.