La Comunidad de Madrid ha anunciado un decreto que prohibirá el uso individual de pantallas en Infantil y Primaria. Una decisión que forma parte de la normativa reguladora del uso de dispositivos electrónicos en las aulas, a partir del próximo curso. Escuelas Católicas de Madrid denuncia que esta medida se ha producido con “ausencia de diálogo ante una medida radical que afecta a la autonomía educativa y pedagógica de los colegios y a la libertad de elección de las familias”, según un comunicado.
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Una medida taxativa
Para esta patronal, el proyecto impulsado por el ejecutivo de Ayuso es “una medida taxativa que se contradice con los principios de libertad, pluralidad y calidad de enseñanza postulados por la Comunidad de Madrid y que, sin duda, preocupa enormemente a los 340 centros” de Escuelas Católicas, que, añaden, ven “vulnerado su derecho a desarrollar un proyecto educativo propio y, sobre todo, elegido libremente por las familias”.
Reconociendo que hay un debate social sobre la cuestión, apelan a que “en ningún caso podemos hacerlo obviando el derecho de los titulares a establecer los proyectos educativos de sus centros, e imponiendo los enfoques y herramientas de su acción educativa” como marcan las leyes actuales que incluso obligan a implementar procesos de digitalización.
A pesar de todo esto, la patronal reitera su disposición a debatir la cuestión con la Administración y del resto de los agentes sociales. Todo ello con el horizonte de que “la normativa resultante sea coherente con el entorno y respetuosa con el proyecto educativo, siempre en pro de una educación de calidad, plural y libre”.