La activista e inmigrante ilegal Jeanette Vizguerra ha sido detenida este lunes, 17 de marzo, por la noche dentro de una iglesia de Denver donde se refugiaba para evitar su deportación.
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El Comité de Servicios de Amigos Americanos (AFSC, una organización sin fines de lucro que defiende los derechos de los inmigrantes), informó en un comunicado enviado a la agencia Efe que Vizguerra fue arrestada por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y trasladada al centro de detención GEO, en Aurora, al este de Denver.
Los abogados de la mexicana presentaron un recurso de habeas corpus ante un tribunal federal, argumentando que la detención fue ilegal. La familia de la activista calificó su arresto como una “violación al debido proceso” (al no permitir que se comunique con su familia) y aseguró que continuará la lucha por su liberación. Para garantizar su defensa, los miembros de la comunidad han recaudado más de 20.000 dólares a través de una campaña en línea iniciada por Luna Báez, hija de la afectada.
Los senadores por Colorado, John Hickenlooper y Michael Bennett, están haciendo gestiones a favor de Vizguerra. El alcalde de Denver, Mike Johnston, criticó duramente a la administración Trump por la detención. “Esto no es una medida de control migratorio destinada a mantener la seguridad de nuestro país. Es una persecución de disidentes políticos al estilo Putin“, declaró Johnston a la BBC.
Jeanette Vizguerra (fuente: Efe)
Mensaje escalofriante
Según Báez, su madre fue arrestada por agentes de ICE en las afueras de su lugar de trabajo, una tienda Target. “Mi madre ha luchado incansablemente por su comunidad y es momento de que todos nos unamos para apoyarla, como ella lo ha hecho con nosotros”, afirmó. Decenas de personas se manifestaron frente al centro de detención donde se encuentra la activista exigiendo su liberación. “Si ICE procede a intentar deportarla sin autoridad legal, envía un mensaje escalofriante sobre el desprecio de la agencia por el debido proceso y el estado de derecho“, dijo en un comunicado una de las abogadas, Laura Lichter.
Vizguerra llegó a Estados Unidos en 1997 junto a su esposo y su hija mayor, sin la documentación requerida, tras recibir amenazas contra la vida de su esposo en México. En 2009, se ordenó su deportación tras una infracción de tráfico, pero ella interpuso varias apelaciones. Fue acusada de robo de identidad por usar documentación falsa, un delito menor. Se declaró culpable y fue condenada a 21 días de prisión. En 2012, viajó a México para el funeral de su madre, aunque su caso migratorio aún no se había resuelto. Al regresar en abril de 2013, la detuvieron en la frontera y dos meses después se declaró culpable de ingreso no autorizado al país. Se ordenó su deportación, pero la postergaron hasta 2017. Para evitar ser expulsada, se refugió en una iglesia de Denver, convirtiéndose en un símbolo de la lucha por los derechos de los inmigrantes. Ese mismo año, la revista Time la incluyó en su lista de las ‘100 personas más influyentes del mundo’.
En 2019, las autoridades migratorias rechazaron una nueva solicitud para cancelar su deportación. Gracias a la intervención de congresistas de Colorado, obtuvo una protección temporal, que expiró en 2020. Desde entonces, según dijo Jordan García, la mujer había estado tratando de obtener una visa que se otorga a las víctimas de delitos que les permite permanecer en Estados Unidos.
