El arzobispo de Salzburgo y presidente de la Conferencia Episcopal de Austria, Franz Lackner, reivindicó intensificar los esfuerzos de paz a pesar de que comprende los esfuerzos de la Unión Europea por aumentar su preparación en defensa. El prelado planteó estas reflexiones tras la Asamblea Plenaria de Primavera de los obispos austriacos, celebrada esta semana en la abadía benedictina de Pannonhalma, donde destacó que “las armas por sí solas no garantizarán la paz”.
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El prelado einvidicó una paz justa como objetivo de las conversaciones diplomáticas en Ucrania, en vez de acuerdos y búsqueda de poder. Se mostró convencido “de que al final quienes trabajan por la justicia y la paz para todos tendrán la sartén por el mango”. También trató sobre los miedos de la sociedad ente la crisis y situación global. En ese sentido, ofreció la Iglesia como espacio para promover el diálogo y proporcionar un lugar de silencio. Incidió en que, durante la actual Cuaresma pre-pascual es importante dejar de lado a uno mismo y al yo, y dejar espacio nuevamente para Dios.
Preguntado sobre la prohibición del pañuelo en la cabeza en el país, Lackner se mostró reservado. “No soy el primer defensor de tal prohibición”, espetó. Antes de poder imponer una prohibición legal, primero tiene que haber un diálogo sobre los miedos, la educación y la integración. Sobre todo, allí donde el pañuelo ya es utilizado por los propios jóvenes como “instrumento de demarcación”, es necesario tomar medidas “a nivel de base”.
Hombros fuertes
Al mismo tiempo, Lackner hizo un llamamiento a todas las comunidades religiosas para que asuman su responsabilidad si se hace un mal uso de los símbolos. Respecto a las posibles restricciones a la libertad religiosa en relación con la prohibición del pañuelo, enfatizó que la Iglesia continuará abogando por los “logros de la libertad eclesiástica”.
Dirigiéndose a los políticos, Lackner pidió más compromiso con el bien común. Precisamente, en el marco de la consolidación presupuestaria austriaca, reivindicó la solidaridad: “Los hombros fuertes pueden soportar también cargas pesadas”, afirmó. Al mismo tiempo, abogó por medidas que garanticen que Austria siga siendo un lugar de negocios eficiente con puestos de trabajo seguros. Lackner también abundó en la necesidad de seguir “siendo generosos en la ayuda humanitaria en el extranjero, en la cooperación para el desarrollo y con los refugiados”.
Sobre el proceso sinodal, el arzobispo reiteró el deseo de los obispos de fortalecer la sinodalidad en todos los niveles de la Iglesia. Destacó que es una práctica común en Austria, pues numerosos comités de participación a nivel parroquial y diocesano han resultado muy útiles.