El nuevo obispo de la Diócesis de Nuevo Casas Grandes, Victor Melchor Quintana Quezada, quien fue nombrado para el cargo el 25 de enero y quien pertenece al clero de la Arquidiócesis de Chihuahua -ubicada en el estado de Chihuahua- expresó su deseo: “Quiero ser un obispo en salida y ante la grave realidad de inseguridad y violencia que tanto nos interpela como sociedad y como Iglesia, hacer de Nuevo Casas Grandes un territorio de misión“.
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En entrevista para Vida Nueva, Victor Quintana, quien será consagrado obispo en una ceremonia que se realizará el 25 de marzo, presidida por el nuncio apostólico, Joseph Spiteri, compartió sus expectativas y retos ante su próxima responsabilidad como obispo de Nuevo Casas Grandes.
Al ser preguntado sobre el hallazgo de fosas clandestinas con más de 90 restos de cuerpos humanos semanas atrás en Nuevo Casas Grandes y sus alrededores, señaló: “Sí, es una realidad muy cruel y muy compleja que las autoridades civiles tendrán que enfrentar desde su particular trabajo, y nosotros en la Iglesia la tendremos que asumir desde lo que nos corresponde”.
Una labor más efectiva: “trabajar los corazones de las personas”
En ese sentido, expresó que ante la violencia que se vive en el país con una ‘cultura de la muerte’ es necesario “anunciar más decididamente el Evangelio, que es la cultura de la vida, anunciar la buena nueva, y poner a México como tierra de misión… Yo pondré a Nuevo Casas Grandes como tierra de misión… Nosotros tenemos un trabajo más profundo y la verdad es que es una labor mucho más efectiva, que es la de trabajar los corazones de las personas”.
“Es una realidad no solo de Nuevo Casas Grandes, sino de todo el país. Es una realidad que pone en evidencia que aunque nos decimos católicos, los valores cristianos no están arraigados en la vida cotidiana, es un ambiente secularizado, un ambiente violento en donde se ha impuesto la cultura de la muerte“, afirmó.
Quintana Quezada fue ordenado sacerdote hace 28 años y desde hace 21 es maestro del Seminario Arquidiocesano de Chihuahua; ha sido parroco en Santa María Reina en Chihuahua, durante casi seis años.
“En mi región y con mi gente”
“En el momento en que estaba con el Nuncio dándome la noticia, pensé en ello. Servir a mi Iglesia. Y voy con toda esa actitud a donde el Papa me ha llamado para servir a mi Iglesia”, recordó respecto a su nombramiento como obispo de Nuevo Casas Grandes.
“Recibí una llamada de parte del nuncio en la que me solicitaba mi presencia al día siguiente en la Ciudad de México… Debo confesar que era algo que no deseaba, que no buscaba, que nunca busqué… ¿a quién en su juicio se le ocurre buscar una responsabilidad tan grande?”, bromeó Quintana.
Refirió lo que el nuncio le dijo en aquel momento: “Me dijo que el Papa me había elegido para ser obispo de Nuevo Casas Grandes, y yo pensé de inmediato qué distinción que el Papa haya puesto sus ojos en mí… Si algo me dio gusto es que haya sido nombrado para Nuevo Casas Grandes, es decir en Chihuahua, mi región, mi gente. No sé cómo hubiera reaccionado si fuera para Chiapas o para Oaxaca, con otra cultura muy distinta a la nuestra”.
Una diócesis con 25 años de existencia
La Diócesis de Nuevo Casas Grandes está celebrando sus primeros 25 años como tal, antes fue una prelatura; ha tenido tres obispos, Víctor Quintana será el cuarto. Cuenta con alrededor de 250 mil habitantes, en siete municipios, dos de los cuales son fronterizos en el noroeste del estado de Chihuahua. Hay 43 sacerdotes para atender 25 parroquias.
Víctor Quintana, quien ha sido durante 15 años vicario episcopal para la pastoral, comentó respecto a su próximo arribo a la diócesis: “Tendré que llegar conociendo la realidad, a través del diálogo y conociendo a las personas, a los sacerdotes, a las religiosas, a los fieles laicos. Luego, tenemos que pensar en proyectar la pastoral, pensar en la pastoral, porque soy un convencido de que el trabajo de la Iglesia no se debe improvisar”.
“Veo en Nuevo Casas Grandes un clero muy comprometido, algunos de ellos muy jóvenes, muy preparado, con estudios en Roma. Algunos compañeros que estudiamos juntos en el Seminario Regional del Norte, otros que fueron mis alumnos de teología pastoral. Hay un sacerdote que está estudiando en España, un tribunal eclesiástico con muy buen trabajo, un próximo diácono a ordenarse”, mencionó.
San Rafael Guízar Valencia: modelo de su servicio episcopal
Interrogado si prefiere ser un obispo de oficina o en la calle, respondió: “Los dos. Quiero ser un obispo que tenga un lugar seguro para que todos puedan saber dónde encontrarme, dónde dialogar. Me imagino estar en las mañanas en la oficina y por las tardes en las calles, visitando las parroquias, estando con los sacerdotes, ir al encuentro de mis fieles”.
“Quiero ser un obispo en salida en una tierra de misión… Eso de que debemos ser pastores con olor de ovejas a mí me impacta muchísimo, que no debemos ser príncipes, que debemos profundizar en nuestro papel de ser pastores. Yo, en lo particular, estoy dispuesto a aprender a ser obispo, como lo marca el Papa”, afirmó.
“He sido un hombre muy feliz con lo que estoy haciendo, muy feliz con mi sacerdocio, muy feliz con mi vocación, y voy a aprender a ser obispo en las realidades que me toque enfrentar, en las periferias existenciales y territoriales que pueda enfrentar… Quiero tener como modelo de mi servicio episcopal a san Rafael Guízar Valencia, quien trabajó en tiempos muy difíciles y supo poner en primer lugar su misión evangelizadora”.
Para concluir, el nuevo obispo pidió las oraciones de los fieles “por esta nueva aventura en la fe que estamos iniciando, me voy muy reconfortado por el trabajo que hicimos en Chihuahua, con miras a seguir respondiendo al llamado de Dios que nos pide trabajar ahora en Nuevo Casas Grandes. Voy asustado, pero con la mirada puesta en Jesús, y confiando en que no iniciaremos de cero y que contamos con la labor de todos los fieles de allá”.