La publicación del libro ‘Jaime Ostos, sin filtros’ (Almuzara) ha desatado la controversia. Escrito por su viuda, María Ángeles Grajal, el volumen recoge, casi al dictado, las confesiones del torero sobre su intensa vida. La neumóloga, a quien Jaime Ostos llamaba “su salvadora” y con quien tuvo a su cuarto hijo, Jacobo, se convierte en la narradora de su legado, recorriendo no solo su historia de amor, sino también la tumultuosa trayectoria sentimental y profesional del matador. Unas páginas sin censura que prometen reavivar el debate en torno a la figura del matador de Écija.
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PREGUNTA.- Jaime fue un torero de una época dorada. ¿Qué lo diferenciaba de otros de su generación?
RESPUESTA.- Me acuerdo de lo que escribió un crítico taurino cuando se retiró de los toros: “Jaime Ostos es un torero del XVIII”. Con eso te digo bastante. La personalidad era lo que le diferenciaba, aunque en aquella época todos tenían un temperamento propio: Ordóñez, Dominguín… Ahora es muy difícil encontrar un torero con una personalidad distinta. (…)
P.- Jaime era un hombre de fe. ¿Cómo eran su capilla y las vírgenes a las que se encomendaba?
R.- Tenía capillitas, en plural, y devoción por el Gran Poder, la Macarena, la Virgen del Rocío. Además, era hermano mayor de muchas hermandades y llevaba estampitas y cintas de todas ellas.
De misa semanal
P.- ¿Usted también es una mujer de fe? ¿A quién se encomienda?
R.- Voy todas las semanas a misa y siempre me encomiendo a la Virgen del Rocío, mi devoción desde hace muchos años.
P.- Se ha hablado mucho sobre el famoso “capote de la fiebre”. Cuénteme la historia…
R.- Era un capote de paseo, no de lidia. Se lo hicieron las monjas del hospital donde estuvo ingresado tras la cornada de Tarazona. Jaime seducía hasta a las monjas (risas), y le hicieron este capote bordado. El primero en usarlo fue su hijo Jaime Ostos Jr., y luego Jacobo también se bautizó con él. Cada vez que mi hijo estaba malo, decía: “Papá, ponme el ‘tapote’”, porque creía que le curaba.
El torero y el hombre
P.- Fue un torero con muchas anécdotas y una vida intensa. ¿Cómo le definiría en una frase?
R.- Como torero: arte y valor. Como hombre: honesto, leal, generoso, amigo de sus amigos, sincero, él mismo en todo momento. (…)