Obispos de la Patagonia argentina y del sur de Chile se reúnen en Chiloé

Continuando una tradición que ya tiene 50 años, se reunieron 11 obispos del extremo sur del continente americano

Obispos de la Patagonia argentina y del sur de Chile se reúnen en Chiloé

Durante 4 días se reunieron en Castro, capital del archipiélago de Chiloé, obispos de seis diócesis de la Patagonia argentina y de 5 diócesis del extremo sur de Chile. Esta vez el tema central del intercambio fue el impacto del cambio climático en la región.



Apoyo a migrantes chilenos

Estos encuentros se iniciaron en 1976 para diseñar estrategias pastorales de acompañamiento y ayuda a los migrantes chilenos que llegaban a Argentina. Un instrumento importante para esa ayuda fue la Comisión de Pastoral de Migración con integrantes de diócesis de ambos países. Encuentros anuales permitieron desarrollar programas y realizar acciones que tuvieron gran impacto en las diócesis de acogida y apoyaron el acompañamiento desde las diócesis de salida.

Este año llegaron hasta Chiloé los obispos argentinos Esteban Laxague, de Viedma; Alejandro Benna, de Alto Valle del Río Negro; José Slaby, de Esquel; Roberto Álvarez, de Rawson; Jorge Luis Wagner, de Comodoro Rivadavia; y Juan Carlos Ares, de Bariloche. De Chile, participaron los obispos Francisco Javier Stegmeier, de Villarrica; Santiago Silva, de Valdivia; Fernando Ramos, de Puerto Montt; Luis Infanti, de Aysén; y Juan María Agurto, de Ancud, Chiloé.

Una existencia amenazada

En una declaración entregada al término del encuentro dicen: “Nos ha parecido importante reflexionar e intercambiar opiniones respecto al cambio climático que está experimentando el mundo y, en particular, nuestra región. Nos interpela el hecho de que la actividad humana pueda producir cambios irreparables al medio ambiente, de manera que nuestra propia existencia, al menos como la conocemos y abrazamos hasta ahora, se pueda ver amenazada en el futuro. Nos interpela también la solidaridad intergeneracional que el Papa Francisco nos invita a tener presente para que las generaciones del mañana no se encuentren con una tierra herida y dañada por nosotros (cf. Laudato Si’, 159-162)”.

El encuentro fue ocasión “para hacer memoria agradecida por el Tratado de Paz y Amistad, firmado por los gobiernos de Argentina y Chile, hace más de 40 años, gracias a la decidida intervención del Papa san Juan Pablo II y sus colaboradores”, afirman los obispos.

Continúan expresando que “El tratado expresa la vocación de entendimiento y diálogo de ambas naciones y esperamos que en el futuro se siga transitando por el camino de la integración pacífica entre ambos pueblos. Somos conscientes que la firma del mencionado tratado se constituye en un faro que ilumina la resolución pacífica de controversias y conflictos entre naciones. En la actualidad, este faro continúa iluminando con claridad los innumerables conflictos armados que golpean a varios pueblos en el mundo entero”.

Tierra de encuentro

La declaración concluye con un llamado de los obispos “a nuestras comunidades de la Patagonia a no claudicar ante las promesas de un mundo que al acentuar sus rasgos individualistas nos aleja de Dios y de su reino. Reiteramos nuestra convicción de que la Patagonia es tierra de encuentro que nos ayuda a ser peregrinos de esperanza como nos invita el papa Francisco en este Año Jubilar. Sabemos que el Señor de la vida nos sigue acompañando con su gracia para superar las adversidades, divisiones y confusiones que podamos advertir y experimentar. Nuestra fe en el Resucitado nos permite sobreponernos a cualquier desafío. Encomendamos a la Santísima Virgen María, Madre de Jesucristo y de todo el Pueblo de Dios, nuestro caminar de discípulos misioneros en estas tierras australes”, cierran los obispos su declaración.

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