En medio de una preocupante ola de criminalidad que sacude Perú, el cardenal Carlos Castillo ha hecho un llamamiento a la justicia y a la responsabilidad de las autoridades para enfrentar esta situación. Durante la homilía de la misa celebrada este domingo en la catedral de Lima, el cardenal subrayó que las injusticias y la violencia no son obra de Dios, sino el resultado de las acciones humanas.
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“Eso que está pasando hoy en el país, de que existen matanzas, ha sido gritado en las calles. Es el clamor general de nuestro pueblo que dice: justicia, orden, responsabilidad de quien tiene la tarea de organizarnos a todos para impedir esa destrucción que estamos viviendo”, declaró Castillo con profunda preocupación.
“La injusticia no es castigo divino”
En su mensaje, el cardenal enfatizó que no se debe atribuir a la voluntad divina las injusticias sociales y los actos delictivos que afectan al país. “No podemos llamarle a la injusticia ‘castigo de Dios’. La injusticia es un acto que sucede por mano humana y la tendrá que pagar el responsable, pero no podemos decir que la gente que está sufriendo, sufre por su culpa”, manifestó.
Castillo ejemplificó esta afirmación refiriéndose a las víctimas de extorsión, un delito en auge en el país, y al trágico incidente ocurrido hace un mes en la ciudad de Trujillo, donde seis personas perdieron la vida tras el colapso de parte del techo de un centro comercial. El cardenal insistió en que estos sucesos no pueden ser vistos como castigos divinos.
En su reflexión, el cardenal Castillo también advirtió sobre la peligrosa costumbre de justificar actos de injusticia en nombre de la fe. Recordó cómo, en la historia, se ha señalado a las víctimas como responsables de su propio sufrimiento, lo que perpetúa la desigualdad y la impunidad: “Esas cosas son interpretaciones que vienen de intereses humanos, que luego se trasladan a Dios y se usa a Dios y se denigra el nombre de Dios”, indicó.
El mensaje del cardenal también llamó a la reflexión sobre la necesidad de actuar con responsabilidad y solidaridad. En lugar de buscar explicaciones que exculpen a quienes tienen el deber de garantizar la seguridad y el bienestar de la población, instó a que se asuman compromisos concretos para mejorar las condiciones de vida de los más vulnerables.
Estado de emergencia
En respuesta a la creciente inseguridad, el Gobierno peruano declaró este lunes el estado de emergencia en Lima y Callao, una región donde reside un tercio de la población del país. Esta medida implica que la Policía Nacional mantiene el control del orden interno, con el apoyo de las Fuerzas Armadas en las zonas donde sea necesario.
El estado de emergencia, que estará vigente durante 30 días, restringe temporalmente ciertos derechos constitucionales, como la inviolabilidad del domicilio, la libertad de tránsito, la libertad de reunión y la seguridad personal. Estas acciones buscan frenar el avance de la criminalidad y devolver la tranquilidad a la población.