La basílica mantendrá el culto y la comunidad benedictina continuará en el Valle de los Caídos. El cardenal secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolin, y el cardenal arzobispo de Madrid, José Cobo, han logrado frenar las pretensiones iniciales del Gobierno de Pedro Sánchez, que buscaba desacralizar el templo de Cuelgamuros y expulsar a los religiosos, dentro de su plan para resignificar el enclave a la luz de la Ley de Memoria Democrática.
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A través de un comunicado de la Archidiócesis de Madrid, se confirma que la basílica, la cruz de 152 metros y la abadía son intocables. Con este punto de partida, se aclara en “más allá de estos puntos, cualquier otro aspecto relacionado con la resignificación es competencia exclusiva de la Santa Sede y el Gobierno, que son las partes que han llevado a cabo las negociaciones”.
Interlocutor designado
El hecho de que se pueda celebrar la eucaristía en el templo no impide que se puedan llevar a cabo algunos cambios para la llamada resignificación. “En este marco, se ha producido un intercambio de notas privadas sobre cómo articular la resignificación”, se expone en el comunicado, que destaca que el cardenal Cobo ha participado en este proceso de negociación con Moncloa “como interlocutor designado dentro de una comisión eclesial” por parte del Vaticano.
“En relación con las intervenciones dentro del templo, se estudiarán respetando los criterios litúrgicos y el fin para el que ha sido erigida la basílica, garantizando un acceso independiente”, apunta el equipo de Cobo. O dicho de otra manera, se respetaría el altar y su entorno para posibilitar las celebraciones.
Sin jurisdicción
En cualquier caso, desde la Archidiócesis de Madrid “se quiere enfatizar que todas estas cuestiones han sido objeto de intercambio de cartas y notas de trabajo”. “De la misma manera, reitera que —más allá de la actividad pastoral—, su papel es de acompañamiento, pero sin tener jurisdicción sobre la Basílica ni sobre la comunidad religiosa que allí reside”, se apostilla.
En el comunicado, también se “lamenta la filtración y difusión” de todo este “proceso abierto de diálogo”. Y es que, antes de este pronunciamiento de la Achidiócesis de Madrid, varios medios afines a Moncloa, como la Cadena Ser, desvelaban que a finales de febrero, el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, viajó a Roma para ratificar el acuerdo sobre Cuelgamuros con el secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolin. “Esta resignificación permitirá intervenciones en el vestíbulo, el atrio, la nave desocupada y la cúpula del templo”, recoge la radio del Grupo Prisa, que explica que se pondrá en marcha “de inmediato” un concurso internacional de ideas para readaptar estos espacios, de tal manera que sean “compatibles con la celebración de misas y otros actos de culto”. En esa misma información se asegura que “el Gobierno ha ejercido fuertes presiones a la Iglesia” para echar a los benedictinos.
“Parte del acuerdo incluye, como petición expresa del Gobierno, la salida del ya ex prior del Valle Santiago Cantera, un franquista reconocido que se opuso a la exhumación de Franco”, subrayan desde la Ser.