El ya obispo emérito de Córdoba, Demetrio Fernández ha dado una comparecencia para anunciar el comienzo de la sede vacante en Córdoba y el nombre de la persona que estará al frente, Jesús Fernández. En su intervención, Demetrio aprovechó la ocasión para hacer un balance de su tiempo en la diócesis y dar la bienvenida a su sucesor.
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En la rueda de prensa recordó con humor cómo, en una reciente visita de su sucesor, le había enseñado la residencia del obispo y bromeó diciendo que lo hacía “por si te hacen obispo de Córdoba”, algo que entonces les parecía poco probable. Sin embargo, la realidad ha superado la ficción. Demetrio, que en su ministerio ha sido un rostro conocido en la diócesis por su cercanía y trabajo pastoral, no dudó en elogiar a Jesús, destacando su sencillez y accesibilidad. “Es un hombre muy asequible, sencillo y cercano; vais a estar muy a gusto”, aseguró. Con una sonrisa, añadió: “Te ha tocado la lotería”, haciendo referencia a la suerte de ser nombrado obispo de una diócesis como la de Córdoba.
Durante su discurso, el hasta ahora obispo expresó su agradecimiento por la cálida acogida que recibió desde el primer día de su llegada a la ciudad en 2010, destacando que no es común recibir un trato tan abierto. “Me habéis acogido muy bien desde el primer día, cuando no es normal. Es una acogida que se la deseo a todos”, comentó, visiblemente emocionado. Demetrio recordó que el episcopado de Córdoba fue entregado a su cuidado tras la marcha de Juan José Asenjo, y subrayó que el trabajo de su sucesor será igualmente apoyado, ya que “viene a lo puesto, a la mesa puesta”.
Una diócesis rica en vida cristiana
El obispo saliente también aprovechó para destacar la vitalidad diocesana, una de las más vivas de España en cuanto a vida cristiana. “Tiene mucha vitalidad, con un presbiterio unido en torno al obispo, un seminario de los más numerosos de España”, indicó. De hecho, Fernández no dudó en afirmar que a lo largo de sus 15 años en la Diócesis tuvo “muy buenos colaboradores” y que su labor le permitió conocer la realidad en profundidad, al haber visitado todos los colegios de la provincia en dos ocasiones. Estos viajes le dieron una visión completa de la diócesis y le permitieron conocer mejor tanto a los feligreses como a los miembros del clero.
Por otro lado, Demetrio Fernández comentó que la llegada de Jesús Fernández implica también un cambio de aire para él mismo. “Tendré que aprender a pasar a un segundo plano, cosa que no es fácil, pero me ayudará el Señor”, confesó, reconociendo lo difícil que puede ser adaptarse a un nuevo lugar en la vida. También destacó que un obispo no elige su diócesis, sino que es elegido por el Papa, y su misión es ponerse al servicio de la comunidad.
Un futuro de fe y obediencia
“Le ofrecemos desde el primer momento nuestro más profundo respeto y obediencia, como a quien representa a Cristo en medio de su pueblo”, indicó Fernández, haciendo referencia a la relación que deben mantener todos los miembros del clero con el nuevo obispo. Asimismo, dejó claro que no es su papel dar consejos a su sucesor, ya que “es plenamente libre para subrayar las prioridades e ir por el cauce de la Iglesia”, y que su tarea sería seguir en obediencia a las directrices del nuevo obispo.
Sobre la llegada de Jesús Fernández a la diócesis, Demetrio adelantó que el nuevo obispo podría visitar la ciudad antes de Semana Santa, aunque no comenzará sus actos de gobierno hasta su toma de posesión el 24 de mayo. “Tiene que ver la casa y reunirse con los seminaristas”, explicó, detallando algunos de los primeros pasos de su sucesor.