Un falso sacerdote ha oficiado despedidas religiosas en cuatro tanatorios de Vizcaya, al menos, durante los últimos cinco años. El impostor, ataviado con alba y estola, actuó en un tanatorio de Bilbao, uno de Barakaldo, uno de Portugalete y otro de Leioa. Aseguró que pertenecía a la Orden de San Francisco de Asís, extremo desmentido por la congregación. Según Radio Bilbao, al menos, uno de estos centros mortuorios no pide acreditaciones a los clérigos que ofician en sus instalaciones y se defiende argumentando que no hay sacerdotes suficientes para atender la demanda.
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El fraude, según El País, era bien conocido en círculos de la Iglesia vizcaína y se habían trasladado advertencias al respecto, al menos, desde 2024. La tarifa establecida por la Diócesis de Bilbao para una ceremonia de estas características asciende a unos cien euros que pagan los tanatorios, aunque, según el diario citado, algunos sacerdotes cerraban acuerdos para cobrar en negro por sus servicios. El acusado podría confrontar penas por daño moral, aparte de la devolución de las cantidades recibidas.
El Correo explicó que el farsante protagonizó un momento de tensión durante unas exequias hace sólo un mes. “Dijo que había pasado el Miércoles de Ceniza, pero todavía no había sido y una monja que se encontraba entre los asistentes le reprochó el error”, recuerda un testigo.
Acompañamiento pastoral
La Diócesis de Bilbao ha emitido un comunicado sobre el caso en el que el vicario general, Kerman López, explicó que la Iglesia acompaña adecuadamente a las personas y familias que están en situación de duelo, y ofrece las parroquias como espacio comunitario habitual de celebración de los funerales. “La Diócesis de Bilbao dispone de un acompañamiento pastoral en los tanatorios desde el año 2017. Se trata de un servicio diocesano que parte de la solicitud de las familias/personas que están en esta situación de duelo y como servicio complementario al que se realiza en las parroquias“.
Este equipo está formado por cuatro personas con presencia estable en los tanatorios que solicitan sus servicios. Otras cuatro personas voluntarias refuerzan el grupo, en momentos puntuales. Todas ellas formadas pastoralmente para realizar el acompañamiento en el duelo y con encomienda del obispo. “Cuando la Diócesis tuvo noticia de que alguna persona, que no formaba parte de este equipo, se brindaba para oficiar responsos religiosos en algunos tanatorios, se puso el hecho en conocimiento de los propios tanatorios, para que informaran adecuadamente a las familias que solicitan estos servicios”.
Al tiempo, los servicios jurídicos del Obispado determinaron que los hechos no se consideraban constitutivos de un ilícito penal, por la dificultad de catalogarlos como intrusismo profesional o como delito contra la libertad religiosa”, concluyó.