José Ramón Mata Jiménez: “Se aprende más en el escenario que en el aula”

José Ramón Mata Jiménez, profesor y animador sociocultural

Tras ‘Vive’ (PPC, 2024), José Ramón Mata Jiménez (La Línea de la Concepción, 1961) acaba de publicar ‘La elección del ángel’ (PPC), segundo libro de la serie ‘El teatro en los ámbitos escolar y catequético’. Una obra en tres actos sobre la Anunciación en la que este gaditano, profesor y animador sociocultural, comparte con el lector el “valor evangélico” de las escenificaciones de los textos bíblicos.



PREGUNTA.- ¿Cuál es la mejor baza del teatro como recurso pedagógico y catequético?

RESPUESTA.- En el albor de la humanidad, el teatro ya era parte de su expresión social, cultural, educativa y, por supuesto, religiosa. En la educación, el aula se transforma con rapidez en un escenario. De receptor de conocimientos, el alumno pasa a ser jugador, explorador, inventor… Por ejemplo, la matemática es un juego de compras. ¿Por qué no hacerlo en Religión, en la catequesis?

En la dinámica teatral existe estudio, investigación, lectura, aprendizaje de una forma activa. Nos enseña a ser empáticos, comprendiendo el marco histórico y social. Estimula la curiosidad.

Es importante apoyar, dar ánimos, orientar, dar la opinión, aplaudir, reír, cantar, bailar, porque el camino, el ensayo, es tan importante como la función.

¿Escuela o parroquia?

P.- ¿Cuesta más introducir una herramienta así en la escuela o en la parroquia?

R.- En el aula se usa con más comodidad y rapidez. Siendo niño, en los salesianos no me pusieron nunca ningún impedimento para usar la capilla como parte de un juego dramático. En las parroquias, según el sacerdote, resulta más difícil.

La Eleccion Del Angel

P.- Relatos tan “teatrales” como algunas parábolas son poco conocidos por los más jóvenes. ¿Están más dispuestos a ver y a escuchar que a leer esos episodios?

R.- Sí. El teatro rápidamente pasa a una dimensión superior sintiendo y reviviendo ese momento, esa historia, esa parábola, ese instante salvífico del Señor que ocurrió hace dos mil años y renace ahora. En ‘Vive’, por ejemplo, cada personaje que tuvo un encuentro con Jesús resurge sobre el escenario y lo siente como algo propio.

Actor y espectador

P.- ¿Se requiere alguna actitud especial para participar como actor (o como espectador) en este tipo de montajes?

R.- No. Siempre tenemos un grupo con madera de actores, pero deben participar todos. Mis obras tienen múltiples personajes, y todos se sienten la estrella principal. Es difícil tener a 50 chavales juntos, pero se consigue y es un placer inmenso. La experiencia me ha demostrado que se aprende más en el escenario que en el aula. (…)

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