Las diócesis de Huesca y Jaca estrenan obispo. A mediodía de hoy, la Santa Sede ha hecho oficial que el papa Francisco ha elegido para pastorear estos dos territorios eclesiásticos a Pedro Aguado, hasta ahora superior general de la Orden de las Escuelas Pías.
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Bilbaíno de 67 años, desembarcará en Aragón, precisamente en la diócesis vecina a Barbastro-Monzón, donde se ubica Peralta de la Sal, pueblo donde nació José de Calasanz, fundador de los escolapios. Su designación se ha hecho pública mientras el nuevo pastor se encuentra en Florencia donde está presidiendo los actos vinculados al centenario de la muerte de la beata Celestina Donati, fue la fundadora de las Hijas Pobres de San José de Calasanz.
Tercer mandato
Desde ese “Dejemos obrar a Dios” que abanderó la vida del santo español, Aguado retorna a la tierra de origen de este carisma cuando se encontraba a la mitad de su tercer mandato al frente de la congregación. De hecho, el nuevo obispo había sido elegido por sus hermanos con un permiso excepcional de Roma, puesto que el liderazgo de los escolapios está limitado a dos sexenios. Este cambio vital obligará, por tanto, a poner en marcha todos los mecanismos de sucesión al frente de la familia calasancia.
Lo cierto es que Aguado cuenta con una más que reconocida trayectoria como maestro, formador y liderazgo. En este sentido, es conocido y reconocido por sus reflexiones sobre identidad y renovación de la vida consagrada y de la escuela católica, así como un embajador informal del Pacto Educativo Global promovido por el papa Francisco. Prueba de ello es que es miembro del Consejo Ejecutivo de la Unión de Superiores Generales (USG) y Presidente de la Comisión de Educación de las Uniones de los Superiores y Superioras Generales (UISG).
En los pasillos vaticanos
Incluso, en los pasillos vaticanos se hablaba de su nombre como un posible candidato como prefecto para la Educación antes de la fusión con Cultura que determinó ‘Praedicate Evangelium’ la constitución apostólica sobre la reforma de la Curia.
Por ello, según comentan fuentes eclesiales, en la designación de Pedro Aguado como obispo de Huesca y Jaca iría adosado algún que otro encargo informal de relevancia de servicio al Papa, aunque no se refleje sobre el papel, como sucede con otros prelados españoles presentes en diócesis que a priori no presentan complejidades ni hipotecas en su pastoreo.
En expansión
Quienes conocen a Aguado, subrayan su capacidad de gestión de “una multinacional” como son las Escuelas Pías, que hoy educa a 138.000 niños y jóvenes en cerca de 40 países. A la vez, le definen como un hombre que, más allá de sus dotes para la administración, acompaña a las personas. “Conoce uno a uno a todos los religiosos de la orden, con un seguimiento personalizado en especial a las vocaciones jóvenes”, apunta uno de sus colaboradores, que subraya cómo el hasta ahora superior general “ha sido capaz de poner a la Orden en el siglo XXI y, a la vez, volver a la esencia del carisma, al Trastévere que transformó a Calasanz y que transformó Calasanz”.
En este sentido, también pone en valor su capacidad de reestructurar sin generar heridas a la congregación en la envejecida Europa a la vez que ha abanderado el proceso de expansión de los escolapios con presencias especialmente significativas en misiones de periferia, siguiendo la máxima de poner en el centro a los niños, considerados los preferidos de Jesús de Nazaret, desde la “tesonera paciencia” y el “afortunado atrevimiento” que recogen las constituciones de la casa.
Junto a ello, también ha ahondado en una apuesta firme por la misión compartida entre religiosos y laicos desde las fraternidades, así como en apuntalar los lazos de unión entre todas las realidades eclesiales que dan vida a este carisma junto a los escolapios: Escolapias, Calasancias, Cavanis, Voorselar, del Provolo, Suore Calasanziane y Kalasantiner. Así se materializó en el encuentro celebrado el pasado noviembre en Roma para conmemorar los 75 años de la constitución como tal de la Familia Calasancia. Una cumbre que culminó en una audiencia con el papa Francisco donde les recordó que “el estilo educativo integral es un ‘talento carismático’ importantísimo que Dios les ha confiado, para que lo aprovechen al máximo de sus capacidades, para el bien de todos”.