“La vida es un túnel que a veces te acorrala y aplasta, pero la esperanza cristiana abre el horizonte entre nuestras lágrimas”, ha escrito Jesús Sanz Montes
La mañana de este lunes, 31 de marzo, nos ha dejado un accidente al parecer por una explosión de gas en la mina de Cerredo, en el concejo asturiano de Degaña. La catásrofe se ha saldado con cinco muertos y cuatro heridos, según ha confirmado la Guardia Civil. Todos ellos eran leoneses. La parte positiva es dos trabajadores han resultado ilesos. Desde la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal Española en Madrid, los obispos de León y Asturias han enviado sus condelencias.
El prelado de León, Luis Ángel de las Heras, ha enviado “un abrazo de consuelo” de parte de la diócesis “a las familias de las víctimas”. Además, ha prometido “una oración esperanzada por el descanso eterno de los fallecidos y por la recuperación de los heridos”, mientras ha mandado un menaje de apoyo a todo el Valle de Laciana, la gran comarca minera de la provincia de León.
Por su parte, el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, también ha mandado “un abrazo lleno de respeto y afecto a sus familias y compañeros”. Sus condolencias, incluyen una metáfora minera, al recordar que “la vida es un túnel que a veces te acorrala y aplasta, pero la esperanza cristiana abre el horizonte entre nuestras lágrimas”. “Descansen en paz”, concluye diciendo en su mensaje.