Fernando Puig: “El Opus Dei ha surgido para servir a la Iglesia como la Iglesia quiere ser servida”

El rector de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz de Roma, fundada por Escrivá, celebra los 40 años de su nacimiento

Fernando Puig: “El Opus Dei ha surgido para servir a la Iglesia como la Iglesia quiere ser

La Pontificia Universidad de la Santa Cruz de Roma celebra, a lo largo de este curso, el 40 aniversario de su fundación. Esta celebración ha coincidido con el nombramiento del profesor Fernando Puig, antiguo decano de la Facultad de Derecho Canónico, como nuevo rector tras los ocho años de Luis Navarro que ha iniciado su tiempo de jubilación. Puig, profesor de Derecho de Organización y Gobierno de la Iglesia, nació en Terrassa en 1968 y es sacerdote del Opus Dei desde 2004 y comparte con Vida Nueva la historia y los proyectos de futuro de este ateneo romano.



Reconocimiento de los profesores

PREGUNTA- ¿Cómo se están celebrando los 40 años de la Universidad?

RESPUESTA- Para una universidad, 40 años son pocos. Por eso, la celebración está siendo moderada. Lo más significativo será la investidura de cuatro doctores Honoris Causa, uno por cada Facultad, que tendrá lugar el 7 de octubre.

Por lo demás, estamos dando un tono de gratitud a algunas actividades ordinarias, mostrando reconocimiento a los profesores y empleados que comenzaron a trabajar en la Universidad hace 40 años; a los benefactores que hacen posible que los alumnos dispongan de becas para realizar sus estudios; al beato Álvaro del Portillo, que fue el promotor de la Santa Cruz.

P.- En estas décadas, el centro ha evolucionado mucho y no solo de sede. ¿Cómo ha sido este crecimiento?

R.- Diría que ha sido un crecimiento sereno y sostenido. Una universidad crece bien si lo hace orgánicamente, como una entidad viva. Se trata de una maduración cualitativa, más que cuantitativa, que lleva a cuidar lo que se espera de nosotros: las clases, el estudio, la atención de los estudiantes.

Pienso que el principal indicador de la madurez de nuestra tarea es la contribución que los alumnos realizan en sus lugares de trabajo, al terminar sus estudios. Nos llegan muchas noticias del servicio que prestan nuestros quince mil ‘alumni’.

P.- ¿Cuál es el perfil del alumnado que llega a esta universidad romana?

R.- Similar al de otras universidades pontificias. Los estudiantes proceden de 80 países, muchos de Europa y de otros países donde la Iglesia crece más. Buena parte son seminaristas y sacerdotes diocesanos que amplían estudios de Licenciatura o Doctorado. Los primeros se preparan para el sacerdocio y los segundos para ser profesores de seminarios o para otros servicios eclesiales que requieren formación en derecho canónico o comunicación institucional.

Un buen número de religiosos y religiosas estudian en las cuatro facultades. Hay también laicos que refuerzan su formación en Filosofía, Historia u otros saberes útiles para su profesión y para la evangelización.

Los 300 estudiantes del Instituto de Ciencias Religiosas ‘all’Apollinare’ son principalmente laicas y laicos italianos, con perfiles muy variados. Hace unos días conocí a uno, conductor de trenes que trabaja en el norte de Italia; su mujer es de Oviedo y tienen seis hijos.

Misa Santa Croce

Una actitud abierta y dialogante

P.- ¿Qué caracteriza la oferta educativa, más allá de los ciclos clásicos?

R.- Ofrecemos los ciclos eclesiásticos de Bachillerato, Licenciatura y Doctorado en Filosofía, Teología, Derecho Canónico y Comunicación. Quizá los estudios más característicos -es decir, que no ofrecen otras universidades- son los de Comunicación institucional de la Iglesia. Pienso que la Facultad se ha posicionado como un punto de referencia internacional en esos temas.

Otra característica de la oferta educativa es un rasgo transversal a todas las facultades: como los profesores tienen en general un grado o doctorado civil y otro eclesiástico, intentan que en todas las materias se despliegue una actitud abierta y dialogante hacia las otras ciencias, las profesiones, la cultura en general.

Nuestra aspiración es que un estudiante aprenda la ciencia eclesiástica y a la vez sepa leer el entorno en el que vive, para acertar a presentar la fe de modo comprensible.

Como novedad, en este momento estamos proyectando programas de Grado en Filosofía, Humanidades y Comunicación para jóvenes laicos, que verán sus títulos reconocidos civilmente, gracias a los acuerdos entre el Vaticano y el Estado italiano.

En los últimos años estamos desarrollando también la idea de “Aprender Roma”: vivir y estudiar en esta ciudad es una oportunidad única para empaparse de historia, de arte, de cultura y, desde luego, de conocimiento y de amor a la Iglesia. Hay varios profesores y estudiantes entusiasmados con esa línea de trabajo.

P.- ¿Cuál sería la peculiaridad de ‘la Santa Croce’ respecto a las demás universidades pontificias romanas?

R.- La inspiración del carisma de san Josemaría nos da sensibilidad hacia las cuestiones relacionadas con el trabajo y la familia, el papel de los laicos, la libertad y la secularidad, el diálogo entre ciencia y fe, la doctrina social de la Iglesia, los desafíos de la evangelización de la sociedad contemporánea.

Estos intereses los compartimos con profesores de otras universidades, católicas y civiles, públicas y privadas, con los que existe un diálogo abierto.

Un servicio a la Iglesia

P.- Con 40 años cumplidos, ¿por dónde imagina el futuro de la institución?

R.- Las universidades pontificias estamos viviendo momentos de reflexión y reorganización, bajo la guía del Dicasterio del que dependemos. Por nuestra parte, con ayuda de esas orientaciones, acabamos de elaborar el plan estratégico para el periodo 2024-29.

Entre otros objetivos, destacaría el impulso de la investigación colaborativa, aquella que se realiza sumando fuerzas y buscando sinergias con investigadores de otras universidades, alrededor de temas con impacto en la Iglesia y en la sociedad: los jóvenes y los valores; la identidad cristiana de las instituciones educativas; los desafíos de la evangelización; el perdón como virtud social; la antropología del cuidado…

Acabamos de crear un Laboratorio de investigación que agrupa siete de esos proyectos, llevados adelante por 100 investigadores, 40 de nuestra universidad y 60 de otras 43 universidades de 15 países.

Como se puede comprobar, la investigación ayuda a crear redes de colaboración que enriquecen a los participan en ellas. Pienso que, en todas las universidades, la investigación transdisciplinar es un reto que vale la pena asumir para ofrecer un mejor servicio.

P.- Para un canonista cómo usted, ¿cómo se ve desde la universidad este momento de renovación del Opus Dei, a las puertas de su centenario?

R.- San Josemaría decía que la Obra ha surgido para servir a la Iglesia como la Iglesia quiere ser servida, y eso nos impulsa en nuestro trabajo. Pienso que el centenario será un relanzamiento en esa dirección: una renovación del deseo de servir a la Iglesia y a la sociedad, en nuestro caso desde la frontera apasionante de la universidad, que es a la vez un observatorio, una incubadora de ideas, una comunidad abierta.

Justo con ocasión del 40 aniversario hemos elegido un ‘motto’ para la Santa Cruz: ‘Omnes traham ad meipsum’, “Atraeré a todos a mí”. Quien atrae es Cristo. Él es también el mensaje. Los destinatarios somos todos.

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