Justicia y Paz en Argentina apeló a la corresponsabilidad de todos para transformar la realidad

La Comisión del Episcopado publica un mensaje en consonancia con el Año Jubilar: “La esperanza no defrauda”

Justicia y Paz en Argentina apeló a la corresponsabilidad de todos para transformar la realidad

La Comisión Nacional de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Argentina compartió y recordó en un mensaje la propuesta del papa Francisco sobre Jubileo Ordinario del año 2025 “La Esperanza no defrauda”.



Sostuvieron que en un mundo que “se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre” (Laudate Deum, 2), el papa Francisco convocó a este Jubileo para para anunciar, vivir y celebrar la esperanza. Se proponen, entonces, ser “peregrinos de esperanza”, para que pueda convertirse en una semilla fecunda de esperanza para quien lo recibe” (Spes non Confundit, 18). Se trata de un tiempo de encuentro vivo y personal con Jesús, nuestra esperanza, a quien la Iglesia tiene la misión de anunciar siempre ((Spes non Confundit, 1).

Se exige paciencia sostener la esperanza: “En estos tiempos en los que el espacio y el tiempo son suplantados por el “aquí y ahora”, la paciencia resulta extraña, pero es ella la que la mantiene viva la esperanza y la consolida como virtud y estilo de vida” (Spes non Confundit, 4). Pero, es un itinerario de gracia en el que se debe escrutar los signos de la época para responder a los interrogantes de la vida y el futuro (Spes non Confundit, 5 y 7).

Necesidad de transformación

Los miembros de Justicia y Paz comentaron que el papa Francisco, en Spes non Confundit, 7,  describe esos signos, que contienen el anhelo del corazón humano, necesitados de la presencia de salvación de Dios, y que requieren ser transformados en signos de esperanza:

  • Exigir y trabajar para la paz en el mundo, sumergido en la tragedia de la guerra (Spes non Confundit, 8).
  • Concluir con el flagelo escandaloso del hambre y desarrollar los países más pobres, de modo nadie necesite abandonar su patria para alcanzar una vida más digna (Spes non Confundit, 16).
  • Condonar las deudas externas de los países que nunca podrán saldarlas, contribuyendo simultáneamente a saldar la “deuda ecológica”, fruto de la desigualdad en el comercio internacional y del uso desproporcionado de los bienes naturales (Spes non Confundit, 16).
  • Aplicar el principio de que los bienes de la tierra no están destinados a unos pocos privilegiados, sino a todos, de modo de afrontar la creciente ola de pobreza(Spes non Confundit, 15, 16).
  • Alentar la recuperación del deseo de los jóvenes de engendrar nuevos hijos e hijas, como fruto de la fecundidad de su amor (Spes non Confundit, 9).
  • Condonar penas y abolir la pena de muerte, para ayudar a las personas presas a recuperar la confianza en sí mismas y en la sociedad (Spes non Confundit, 10).
  • Construir una sociedad humana en la que los jóvenes puedan cumplir sus sueños, los enfermos sean cuidados, los ancianos, respetados y valorados, los migrantes, acogidos; y en la que siempre haya disposición a defender el derecho de los más débiles (Spes non Confundit, 12).

La Comisión Nacional concluye pidiendo una oración en comunidad para que todos los bautizados, cada uno con su carisma y ministerio, sean corresponsables, para que la multiplicidad de signos de esperanza testimonie la presencia de Dios en el mundo (Spes non Confundit, 17).

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