El arzobispo de Kansas City, Joseph Naumann, aseveró que para ser sacerdote hoy en día se requiere un “amor heroico” y “esa cualidad fue evidente en el padre Arul Carasala, que dejó la India para venir al centro de América y servir a la gente de la Iglesia Católica en el noreste de Kansas”.
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La muerte del sacerdote de 57 años de edad por arma de fuego ocurrió el 3 de abril cuando se encontraba en la rectoría de San Pedro y Pablo en Seneca, donde presuntamente fue asesinado por Gary Hermesch, de 66 años, quien ya se encuentra detenido.
Luego del fallecimiento del sacerdote de origen hindú, en una misa realizada en su memoria, el arzobispo Naumann llamó a la comunidad de la iglesia San Pedro y Pablo en Seneca, de donde fue párroco el padre Arul, a acercarse a Jesús “durante este tiempo de tristeza y pidámosle que consuele nuestros corazones”.
Padre Carasala: sirvió más de 20 años a la Arquidiócesis de Kansas
El arzobispo pidió a los feligreses rezar “confiados para que el padre Arul, que amaba a Jesús y lo siguió tan celosamente en este mundo, esté ahora con nuestro Señor. El padre Arul era un amigo para mí y un gran sacerdote“.
Asimismo, expresó: “Mientras seguimos llorando la pérdida del padre Arul, rezo para que no perdamos la esperanza. Dios está con nosotros en nuestra adversidad. Él puede sacar el bien del mal. Puede sacar vida de la muerte… Mis oraciones están con todos los que amaron al padre Arul“.
Previo a la misa, el día de la muerte del padre Arul, en sus redes sociales el arzobispo confirmó el asesinato del sacerdote, y al respecto dijo: fue un “acto de violencia sin sentido que nos ha dejado lamentando la pérdida de un querido sacerdote, líder y amigo. El padre Carasala fue un pastor devoto y celoso que sirvió fielmente a nuestra arquidiócesis durante más de veinte años, incluyendo como decano de la región de Nemaha-Marshall. Su amor por Cristo y su Iglesia fue evidente en cómo ministró a su pueblo con gran generosidad y cuidado. Sus feligreses, amigos y hermanos sacerdotes lo extrañarán profundamente”.
“Siempre en nuestros corazones”
El arzobispo llamó a que “en este momento de tristeza, confiemos al padre Carasala a la misericordia de Dios y elevemos en oración por su familia en Cuddapah, India, su comunidad parroquial en San Pedro y Pablo en Seneca, y a todos los que lloran su fallecimiento. Oremos también por el autor, para que Dios toque y transforme su corazón”.
Asimismo, dejó en claro que si bien “no existe una amenaza permanente para la comunidad… reconozco el dolor y el shock que trae tal evento. En momentos como estos, acudimos a nuestro Señor, que está cerca de los quebrantados de corazón. Mientras lamentamos, podemos encontrar fuerza en nuestra fe y en la esperanza de la resurrección de Cristo”.
Cabe destacar que la comunidad del padre Arul expresó en sus redes sociales sendos mensajes en los que destacó: “Una vida que se vive con fe puede dejar una huella eterna en el corazón de los demás. Todos somos bendecidos de haberte llamado sacerdote y amigo. Descansa en paz padre. Para siempre en nuestros corazones”.