El papa Francisco suprime a las monjas rockeras del Sodalicio por su “cultura sectaria de control abusivo”

El Vaticano pone fin a las Siervas del Plan de Dios, otra rama consagrada de Luis Fernando Figari, que se hicieron populares por ‘evangelizar’ a través de la música

Siervas del Plan de Dios

“Ha quedado suprimida nuestra Asociación Pública de Fieles de Derecho Diocesano, en vistas a ser Sociedad de Vida Apostólica, Siervas del Plan de Dios. En estos términos se expresa en un comunicado una de las ramas femeninas pertenecientes al Sodalicio de Vida Cristiana sobre el fin de su existencia, dentro de la decisión del papa Francisco de extinguir todas las plataformas fundadas por el peruano Luis Fernando Figari. Los escándalos vinculados al abuso de poder, de conciencia y sexuales y la corrupción económica de raíz llevaron a determinar a la Santa Sede el final de todos estos entes.



Tan solo dos días después de se diera a conocer el decreto que ponía punto y final a las consagradas de la Fraternidad Mariana de la Reconciliación, el pasado viernes se hacía pública la disolución de las monjas vinculadas al Sodalicio.

En seis países

Las Siervas nacieron hace 26 años, a priori para hacer realidad la vocación de Jesús de Nazaret a “no ser servido sino a servir” y la identificación de María como “la Sierva del Señor”. Centradas en la pastoral de la salud, en la asistencia y promoción humana, en la pastoral educativa y en la formación en la fe, estaban presentes en seis países: Perú, Ecuador, Colombia, Chile, Italia y Angola.

Siervas del Plan de Dios

Estas monjas lograron algo más que notoriedad cuando conformaron hace más de una década un grupo de rock en aras de la evangelización. Llegaron a contar con tal tirón mediático que se convirtieron en una de las estrellas de la Jornada Mundial de la Juventud que se celebró en 2019 en Panamá.

Dolor y vergüenza

A través de un comunicado, la Siervas del Plan de Dios reconocen “la cultura sectaria de control abusivo que se instaló” en el grupo. Incluso detallan que se materializó en la captación vocacional, el alejamiento de las familias, el uso abusivo de la autoridad, la manipulación de la conciencia, los abusos físicos, psicológicos y espirituales, el abandono sufrido tras salir de la comunidad, etc. “Nos duele y avergüenza lo que se ha tenido que sufrir al interior de nuestra comunidad, y pedimos perdón por nuestras acciones y omisiones”, sentencian, además de entonar un ‘mea culpa’ por “reaccionar tarde y lentamente” por negar o minimizar ese dolor, no adoptar medidas de justicia y provocar revictimización en muchas de las consagradas.

Siervas del Plan de Dios

Al igual que con las fraternas, la liquidación de la siervas estará coordinada por el comisario pontificio, el sacerdote español Jordi Bertomeu, que han nombrado a Carmen Reyes Varas, una de las religiosas, como delegada asistente.

Numerosos hechos abusivos

En el propio comunicado emitido en su portal digital, las Siervas del Plan de Dios reconocen que, tras ser aprobadas como asociación en 1998, vivieron una “fuerte expansión” con “numerosos hechos abusivos” que han sido “una constante” a lo largo de su historia. De la misma manera, recuerdan que 2018, el entonces arzobispo de Lima, el cardenal Juan Luis Cipriani, decretó una primera intervención a la congregación que puso de relieve “la estructura dañina y abusiva” de la comunidad. En 2021, el actual cardenal limeño, Carlos Catillo, reforzó el seguimiento ante “la cantidad de víctimas” y ya en agosto de 2024 se puso sobre la mesa “un eventual cierre de la comunidad”.

Siervas del Plan de Dios

En la nota, reconocen que en los dos últimos meses, después de diversos encuentros con Bertomeu, se ha llevado a cabo un “discernimiento personal y comunitario encaminado al cierre de las comunidades locales y nuestra futura vida al servicio de Dios y a la Iglesia”. Además, desvelan que el comisario pontificio se ha puesto a disposición de la comunidad para “velar por la sanación psicológica y espiritual” de cada una de las siervas, poder sostener las obras apostólicas y reparar a las víctimas a través de Eshmà, un proyecto de acompañamiento integral radicado en el País Vasco.

“Nos sentimos en deuda como institución y a nivel personal”, admiten en el comunicado en referencia el “enorme sufrimiento” de las víctimas, conscientes de que esta crisis “causa dolor y desconcierto”. “Somos conscientes de cómo muchas de las decisiones de nuestros gobiernos han sido transmisoras de este sistema de abusos, dejando de lado el respeto de cada persona y la vivencia del Evangelio”, describen.

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