Semanas atrás, el obispo de Tarbes y Lourdes, Jean-Marc Micas, dio a conocer que había decidido tapar los mosaicos del ex jesuita Marko Rupnik que decoraban las puertas del icónico santuario mariano, el principal de toda Francia y uno de los que más peregrinos congrega a nivel mundial.
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Ante el proceso eclesial contra el aún sacerdote, acusado de numerosos casos de abusos sexuales y de poder contra un grupo de religiosas cuyo carisma él mismo impulsó en los años 80, el prelado optó por tapar con paneles de aluminio la obra de uno de los más reconocidos artistas eclesiales contemporáneos y cuyos mosaicos están presentes en templos y edificios religiosos de medio planeta.
Ya le expulsó
En pleno debate sobre cómo se puede conjugar lo alumbrado por un artista y sus conductas más que condenables, ayer, jueves 10 de abril, se posicionó Arturo Sosa, prepósito general de la Compañía de Jesús, que expulsó a Rupnik tras constatar la veracidad de las acusaciones de abusos en su contra.
En un encuentro con los medios recogido por EFE, mientras participaba en una conferencia en la Asociación de Periodistas Extranjeros de Roma, el religioso venezolano avaló la decisión del obispo de Lourdes, que “realizó un largo proceso de discernimiento con la gente, con comunidad local, con las víctimas”. Y, en este sentido, y “es el camino que yo recomendaría”.
“No hay una regla única”
Respecto al resto de obras del mosaiquista esloveno, presentes en numerosos países, Sosa recalcó “cada contexto puede ser distinto” y, en consecuencia, las decisiones a tomar “pueden variar”. Y es que “no hay una regla única, sino que depende del daño que la presencia de las obras pueda causar” a las víctimas.
Sobre la también reciente decisión de la Compañía de Jesús de asumir un “proceso de reparación” y abrazar al fin a las víctimas de Rupnik, el líder de los jesuitas ha reconocido que, durante décadas, igualmente ellos estuvieron marcados “la ceguera” al no aceptar la gravedad de la situación.
En este sentido, hay que recordar que, semanas atrás, la congregación contactó con las víctimas a través de su abogada Laura Sgrò y se ofreció acompañarlas para ayudarlas a “sanar sus heridas”. Igualmente, se dio a conocer que, en su día, se propuso a Rupnik “arrepentirse” y “pedir perdón”. Pero, ante su “obstinada negativa”, se le expulsó de la familia jesuita.
Cartas a todas
Sobre esta comunicación con las víctimas, Sosa señaló que, tras haber recibido una treintena de denuncias contra su ex miembro, enviaron cartas a todas ellas “para, en primer lugar, pedir perdón por los errores que nosotros también cometimos”. Por ahora, “se han recibido algunas respuestas y estamos en esta fase”.