Abdo Al Alali: “No todo viene de arriba, pero ‘el de arriba’ siempre importa”

Abdo Al Alali, restaurador sirio

Tenía apenas 9 años cuando la guerra destrozó su vida en Siria. Aquel niño de Idlib, que fue herido por una bala y perdió a su tío, se convirtió en un joven valiente que cruzó solo montañas y fronteras para buscar un porvenir mejor. Hoy, con 22 años, ese sueño empieza a saborearse en forma de shawarma, falafel y tortilla siria en pleno corazón de Pamplona. Abdo Al Alali inaugura la Cervecería Sirius, un rincón donde se dan la mano los sabores de su tierra natal y la cultura que le acogió, y donde cada plato cuenta una historia de lucha, esperanza y nuevas oportunidades.



PREGUNTA.-  ¿Qué sientes al abrir tu propio negocio, después de vivir una historia tan dura?

RESPUESTA.- Me siento bien, orgulloso, feliz, porque se está haciendo realidad un sueño. Todo ha sido fruto del esfuerzo y lo he hecho solo. Cuando pienso en aquel niño al que dispararon en la pierna durante la guerra o en el joven que cruzó Marruecos a pie y entró en Melilla escondido bajo un camión… y ahora me veo aquí, con mi propio local en Pamplona, es una emoción difícil de explicar.

P.- Llegaste a España con 17 años, sin conocer el idioma.

R.- Sí, huyendo de la guerra en Siria. Fue complicado: no sabía el idioma, no conocía a nadie, todo era nuevo. Empecé desde “bajo cero”, como digo yo.

Una lucha constante

P.- ¿Cuál fue el momento más duro de toda esa adaptación?

R.- No hubo uno solo, fue una lucha constante. Al principio, estás perdido. Tuve que aprenderlo todo: el idioma, las costumbres, cómo moverme aquí. Pero la clave fue no rendirme. Mi objetivo era traer a mi familia y empezar una nueva vida.

P.- ¿Encontraste personas que te echaron una mano?

R.- Sí, y eso nunca lo olvidaré. En cuanto cumplí la mayoría de edad, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) me ayudó con los papeles, me ofrecieron un piso en Navarra y pude empezar a estudiar. Después, encontré trabajos en bares: de camarero, de portero… de día y de noche. No ha sido fácil, pero gracias a eso estoy aquí. (…)

Necesidad y amor por la familia

P.- Has pasado por muchas dificultades. ¿De dónde sacaste fuerzas para seguir adelante?

R.- De la necesidad… y del amor por mi familia. Cuando me despedí de ellos en Argelia, les prometí que los traería a España. Ahora están todos aquí. Cuando les volví a ver, después de años separados, fue uno de los días más felices de mi vida. (…)

P.- ¿Eres un hombre de fe?

R.- Sí, creo en Dios. Soy musulmán, aunque no muy practicante, pero tengo fe, confío. Y también creo que muchas cosas dependen del esfuerzo de uno mismo. No todo viene de arriba, pero “el de arriba” siempre importa.

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