La ‘teología’ arancelaria de Trump: América en la profecía

Donald Trump presenta su plan de aranceles (fuente: Efe)

El Gobierno de Estados Unidos impuso el lunes, 7 de abril, una ronda arancelaria generalizada que ha provocado un pánico global en las bolsas y en los líderes de todo el planeta. Es la nueva estrategia comercial del presidente estadounidense, Donald Trump, que ha calificado la medida como “el día de la liberación”, como respuesta a una agresión: “La palabra ‘recíproco’ es muy importante. Les devolvemos lo que nos hacen”.



Como mínimo, todos los productos extranjeros sufrirán a partir de ahora un 10 por ciento de gravamen en sus exportaciones al país norteamericano. En muchos casos, el impuesto ha sido muy superior. “Nadie sabe qué va a pasar porque depende de la respuesta internacional. Cada caso atiende a las exportaciones y el superávit con Estados Unidos. Trump actúa con los países con los que tiene más déficit”, comenta Enrique Lluch, profesor doctor de Economía en la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia.

 

Contra la fraternidad

Pero, más allá de la macroeconomía, la pregunta es cómo esta política de “hacer a América grande de nuevo” va a afectar a la población. Los impuestos pueden generar pérdidas de productividad y disparar el desempleo, si los gobiernos de los distintos países interpelados no toman medidas para reorientar su producción a nuevos mercados. En función de cómo jueguen sus cartas, podrá medirse el impacto de la guerra fiscal entre los más vulnerables.

En todo caso, la pugna entre economía y ética está clara. Según Lluch, “Trump no está buscando el bien común, el desarrollo de las personas. Recupera la idea teológica del libro ‘América en la profecía’. Es una manera burda de obtener objetivos sin analizar los problemas. Eso está totalmente en contra de la fraternidad cristiana”.

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