Cuando el pasado 23 de marzo el papa Francisco abandonó el Policlínico Gemelli de Roma, se dirigió a la basílica de Santa Maria la Mayor para entregar un ramo de flores al ícono de la Salus Populi Romani. Sin embargo, su frágil estado de salud le impidió bajar del coche.
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Ayer, el Pontífice se quitó la espinita y se presentó a primera hora de la tarde en el templo para rezar ante la imagen mariana. Se trata de la segunda escapada esta semana de Jorge Mario Bergoglio, después de que el pasado jueves se dejara ver en la basílica de San Pedro para orar ante la tumba de Pío X.
Si en aquella ocasión Francisco acudió sin la sotana blanca, hoy sí acudió con las vestiduras papales.
Esta salida tuvo lugar a pocas horas de que arranquen los actos oficiales de la Semana Santa en el Vaticano. Mañana se celebra la procesión y la eucaristía con motivo del Domingo de Ramos en la Plaza De San Pedro sin que se haya confirmado la presencia De Francisco.