Ni divididos ni confrontados frente a los graves problemas. Es la invitación que hizo David de la Torre, obispo auxiliar de Quito y secretario general del Episcopado, a todos los ecuatorianos que este 13 de abril elegirán presidente en una segunda vuelta, en un particular Día de Ramos.
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Hay clima de extrema polarización, el actual presidente Daniel Noboa, afín a los empresarios y extrema derecha, se enfrenta a Luisa González del partido del exmandatario izquierdista, Rafael Correa, muy cercano a dictaduras como Venezuela y Nicaragua.
Por lo que De la Torre, en entrevista con Teleamazonas, ha pedido “no dar cabida a estos mesianismos totalitarios que pretenden tener la solución a todo basado en la presencia de un caudillo”. La historia – dijo el obispo – ha demostrado el fracaso de estos modelos.
Reconstruir el país
“La democracia es siempre el camino”, sostuvo el prelado, por lo que espera que este domingo “democráticamente” sean dirimidas las diferencias y todos trabajar por el bien común en Ecuador.
Pidió a los candidatos respetar los resultados, toda vez que cada cual desde su posición debe aportar a la reconstrucción del país.
Además reiteró que los problemas “son tan serios y graves” que “no podemos estar divididos”. Nadie tiene la receta para acabar con los problemas, pero es solo en la unidad, “todos” sin excepción para lograr que “Ecuador vuelva a ser lo que fue”.
Estar al servicio
Para lograr “el país que todos sueñan” De la Torre recomienda apartarse del yoismo y reforzar la mística del servicio, es decir, “el para qué de nuestra existencia”.
La vida no puede estar centrada en la “sed del poder, del tener, de saciar pasiones”, sino para servir, por tanto, los primeros en entender esta lógica deben ser aquellos que han sido electos para gobernar.
“El primer servidor tiene que ser el Presidente de la República”, dijo. Eso exige un nivel grande de espiritualidad, porque “el mundo siempre nos atrae”, por eso, cuando servimos a los demás “renunciamos al yo para abrirnos a un nosotros”.
Ha recomendado a todos los políticos sentarse en la misma mesa, poniendo a un lado sus ideologías, para contribuir desde sus ideas al servicio de los más vulnerables, “del país entero”. No descarta la mediación de la Iglesia ante cualquier conflicto.
Foto: EFE