Una treintena de premios Nobel han enviado una carta abierta al papa Francisco, al patriarca ortodoxo Bartolomé, al Dalai Lama y a varios representantes del islam y del judaísmo, para que lancen, de forma conjunta, un llamamiento global a los gobiernos para lograr una “tregua olímpica” de los conflictos armados en curso en el mundo, especialmente en Ucrania y Gaza.
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“Que los miles de millones de personas que verán los Juegos se unan a ustedes para pedir la paz. Asegurémonos de que nuestros hijos nos sobrevivan”, se puede leer en el mensaje, recibido por Il Messagero. La carta está firmada, entre otros, por los Nobel en Medicina Erwin Neher, Sir Peter Ratcliffe y Barry Marshal; en Literatura, Svetlata Alexievich y Elfriede Jelinek; y Paz, Maria Resa, Jody Williams, Beatrice Fihn, Tawakkol Karman.
“Actualmente hay al menos 55 conflictos de este tipo en curso”, escriben, incidiendo en que “por primera vez en décadas, en el continente europeo se está librando una guerra sangrienta, el conflicto entre Rusia y Ucrania”. Así, señalan que “las consecuencias de este prolongado conflicto, que ha entrado en su tercer año, han repercutido en varios países, provocando un aumento de la hambruna en las naciones africanas, una crisis migratoria en Europa y la liberación de sustancias nocivas de cada bombardeo en las reservas de agua, alimentos y leche llegan a personas de los seis continentes”.
Iglesia de la Sagrada Familia (Gaza)
Alto al fuego
“Mientras se matan unos a otros, la gente también está destruyendo nuestro planeta”, continúan. “El aumento del gasto en armamentos también es comparable al gasto necesario para eliminar el hambre en el mundo durante los próximos ochenta años. Piénselo: nadie pasaría hambre ni moriría de agotamiento, y ningún niño se quedaría sin alimento. En lugar de sustentar la vida, se desperdician recursos para propagar la muerte”.
Por todo ello, los premios Nobel piden la aplicación inmediata de esta “tregua olímpica” en los conflictos en Ucrania y Gaza. Y, además del alto el fuego, reclaman el intercambio de prisioneros, la liberación de los rehenes, la devolución de los cuerpos de los muertos y el inicio de negociaciones.
