JUAN RUBIO, director de Vida Nueva | Y en España se nos va el año en conjeturas de sacristía y en guerras de mitras y capelos. Muy de Vetusta somos por estos lares. Y mientras se sigue discutiendo si conviene decir “Iglesia en” o “Iglesia de”, si hay que acentuar la pertenencia o el compromiso, un amplio mundo sigue esperando razones para vivir.
La Iglesia española no puede contentarse contando siempre y en todos los lugares sus esfuerzos ante la crisis económica y usar los datos como aval y bandera cada vez que es vapuleada. En esto de los palos a la Iglesia hay que ser precavidos, pues el victimismo no es buen consejero. Ha habido mucho este año. Los datos de Cáritas no han de salir a los campos de batalla.
En estos días de balance, miedo me da ver cómo saltan a la palestra números, cifras y porcentajes, con sonrisas beatíficas, alargando la mano con dadivosa actitud, usando al Papa en los argumentos.
Imaginación pastoral ante un nuevo panorama que se nos abre. Hay diócesis a las que se les va el año cuajando planes pastorales. El sentido sinodal les asusta. Cuando se hace, ya está controlado previamente. Y sigue la rutina de ir a trancas y barrancas… hasta que el Papa diga algo nuevo para tener de qué hablar.
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- LA CRÓNICA DEL DIRECTOR: Sinodalidad, periferias y Lampedusa…, por Juan Rubio
En el nº 2.876 de Vida Nueva. Sumario del número especial
