Los jóvenes, para hacer bulto, no lío


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José Lorenzo, redactor jefe de Vida NuevaJOSÉ LORENZO | Redactor jefe de Vida Nueva

“Decía un informe de la Fundación SM que solo el 3% de los jóvenes cree que la Iglesia dice cosas importantes en cuanto a las interpretaciones del mundo…”

Hace ya tres años, casi la mitad de los jóvenes españoles veía con pesimismo su futuro, según un informe de la Fundación SM. Hoy, según otro estudio, esta vez del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, también casi la mitad de la juventud (ojalá sea la misma porque, si no, puede arder Troya) se muestra dispuesta a aceptar cualquier empleo en cualquier lugar y con cualquier salario. Salvo para quien quiera montar un negocio en este tiempo de pícaros, es una noticia muy mala.

Decía el papa Francisco en Río de Janeiro que la juventud es la ventana por la que entra el futuro en el mundo. Y, sin embargo, se la estamos cerrando en las narices. A los jóvenes y al futuro, claro.

Todavía en la edad de la inocencia, de las ensoñaciones y de los castillos en el aire, resulta que la angustia remueve todas esas vaporosidades a nuestros chicos y chicas y los encadena a una triste realidad sin que, aparentemente, le importe demasiado a nadie. Tampoco a la Iglesia.

Y eso que esta dramática situación que hace que los jóvenes emigren a la desesperada, dejando atrás todo lo que más quieren, es una bomba lapa contra las familias, a las que, sin embargo, se siguen anclando porque es el único lugar –dice el estudio– que les genera seguridad y confianza.

En España, la Iglesia se ha acercado a los jóvenes para reclutarlos, darles unas camisetas de colores y pedirles que hagan bulto. Cuando algunos de ellos han querido “hacer lío”, en el sentido del papa Francisco, les han quitado las camisetas y, lo que es peor, una ilusión que a esas edades marca y acompaña a uno de por vida. Les han montado unos congresos en cuyos lemas aparecían consignas juveniles, pero donde los oradores rebasaban con creces la edad en la que solo la ONU le etiqueta a uno como joven y se acercaba más a la que se tiene cuando se disfruta de la consideración de “vaca sagrada”.

Decía también uno de aquellos informes de la Fundación SM que solo el 3% de los jóvenes cree que la Iglesia dice cosas importantes en cuanto a las interpretaciones del mundo. Y es posible que sobre esta crisis que les está afectando de manera brutal no oigan nada, ni importante ni frívolo. Solo un silencio atronador.

En el nº 2.878 de Vida Nueva.