(+ Nicolás Castellanos Franco– Obispo emérito de Palencia)
“Necesitamos una Bolivia distinta, en la que sea posible una convivencia política y social viable. Pero esto no se logra si no aplicamos una justicia social, que supere las desigualdades, en el marco de un Estado de derecho, de libertades y de democracia”
El 25 de enero, estrenamos en Bolivia una nueva Constitución. El 60% de la población dijo SÍ, sobre todo en La Paz y en el campo, y el 40% votó NO, en las grandes ciudades y en cuatro departamentos y medio de los nueve que tiene el país. ¿Quién ganó? BOLIVIA, NO.
Se han consolidado dos visiones de país, la del Occidente y la del Oriente. Pero la gran protagonista en toda la geografía boliviana es la pobreza, que castiga al 70% de la población, en riesgo permanente y cada día más vulnerable por la corrupción, el narcotráfico, el contrabando y el índice máximo de desigualdades en América Latina.
Tenemos un país dividido, enfrentado, incapaz de convocar y diseñar un pacto social. Necesitamos una Bolivia distinta, en la que sea posible una convivencia política y social viable. Pero esto no se logra si no aplicamos una justicia social, que supere las desigualdades, en el marco de un Estado de derecho, de libertades y de democracia.
El futuro no se abre camino si no respondemos a preguntas que nos queman a todos: ¿seremos capaces de realizar una mejor redistribución de los bienes, de la tierra? ¿Seremos capaces de escuchar al adversario, con una postura abierta, sincera, acogedora, pensando en el bien común del pueblo, que cada día es más pobre y vive peor? ¿Seremos rigurosos en respetar las libertades, el Estado de derecho?
Si amamos al pueblo, el que más sufre, y respondemos SÍ, llegaríamos al camino remarcado por nuestros obispos, especialmente el cardenal Terrazas: la RECONCILIACIÓN que nace del diálogo sincero, de saber ceder para encontrar el bien común, que da fruto de justicia, reconoce lo que se ha hecho mal y resdistribuye mejor los bienes de la tierra.
Y, sobre todo, desarrolla actitudes nuevas para hacer frente juntos a la pobreza, exclusión y vulnerabilidad, que es el PROBLEMA DE BOLIVIA. Otra Bolivia es posible y factible.
En el nº 2.649 de Vida Nueva.