ENRIC BARRULL CASALS (GIRONA) | Ante el discurso que ciertos partidos “progresistas” hacen sobre la ley del aborto y la cizaña que pretenden sembrar entre mujeres de buena voluntad, al imponer y casi obligar a unos seres humanos libres a eliminar a otros inocentes e indefensos, me pregunto: ¿qué queda de su defensa si exigen, en múltiples casos y condiciones, que se les mate?
Se da la paradójica renuncia de la izquierda a uno de los valores que supuestamente la caracterizaban: la defensa de las víctimas. Olvidan que la mujer es una víctima más, que el aborto es una solución machista y una tapadera para la irresponsabilidad sexual del varón. El aborto, así entendido, es una forma de “violencia de género”.
Por eso es urgente acompañar a las mujeres que pueden verse sometidas a todo tipo de presiones. Es una responsabilidad de toda la sociedad custodiar al concebido aún no nacido.
En el nº 2.878 de Vida Nueva
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