ANTONIO PELAYO | Corresponsal de Vida Nueva en Roma
“En cuanto a la reforma de la Curia, esta debe convertirla en ‘un instrumento ágil y ligero, menos burocrático y más eficaz, al servicio de la comunión’…”
Pietro Parolin, uno de los nuevos cardenales nombrados por el papa Francisco, ha pasado unos días en Padua para someterse a una revisión después de la intervención quirúrgica que le mantuvo fuera del Vaticano durante un mes después de su nombramiento como secretario de Estado.
Ahora ha hecho unas muy interesantes declaraciones al periódico Avvenire, en las que afirma que “la Iglesia, en su historia, ha considerado la diplomacia como un instrumento al servicio de su misión en relación con su libertad, la libertad religiosa y la paz en el mundo”.
En cuanto a la reforma de la Curia, esta debe convertirla en “un instrumento ágil y ligero, menos burocrático y más eficaz, al servicio de la comunión y de la misión de la Iglesia en el mundo de hoy, que ha cambiado profundamente respecto al pasado”.
En su opinión, no debe ser “ni una central de mando ni un órgano de control, sino una realidad de servicio. Existe siempre el peligro de abusar del poder, grande o pequeño, que tenemos entre manos, y de este peligro no ha escapado ni escapa la Curia”. Finalmente, este diplomático, que ya se ocupó en el pasado de China, observa que “llegan desde ese país señales de renovada atención respecto a la Santa Sede ligadas a la elección del papa Francisco”.
- VATICANO: Un año de paz… excepto para la ONU
En el nº 2.882 de Vida Nueva
