NO SÓLO RAÍCES MORALES, por Juan Rubio

Soñé, ¡bendita ilusión! con esfuerzos fraternos de una Iglesia más justa que limosnera y que no deje de dar pan y créditos blandos a la par que denuncia las causas, no sólo morales, de esta crisis que hace a los ricos más ricos y a los pobres más pobres. Esta, y no otra, debe ser la “vida” de  la Iglesia. 

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