Francisco rememorará el encuentro entre Pablo VI y el patriarca Atenágoras
ANTONIO PELAYO (ROMA) | El papa Francisco se suma hoy a la lista de papas que encaminaron sus pasos a Tierra Santa y que empezó el 4 de diciembre de 1963 cuando Pablo VI anunció a los padres conciliares su decisión de viajar a los Santos Lugares y un escalofrío de emoción recorrió la Basílica de San Pedro.
- ESPECIAL: Peregrino de la paz.
Medio siglo de un abrazo histórico
![El Papa y el Patriarca oficiando juntos.](https://www.vidanuevadigital.com/wp-content/uploads/2014/05/pablo-vi-jerusalen-300x180.jpg)
El Papa y el Patriarca oficiando juntos (1964).
Fue una apoteosis, casi toda la ciudad se echó a la calle entre Ciampino y San Pedro como gesto filial de agradecimiento al Papa.
El 6 de enero en la residencia de la Delegación Apostólica, Pablo VI y el patriarca Atenágoras se fundieron en un abrazo histórico que inauguró una nueva etapa en las relaciones entre la iglesia católica y la ortodoxa. Ese gesto es el que, medio siglo más tarde, van a celebrar el papa Francisco y el patriarca ecuménico de Constantinopla Bartolomé I.
El Papa viajero en la cuna del cristianismo
El santo papa Wojtyla quería celebrar con motivo del Gran Jubileo del año 2000 cuatro peregrinaciones. La primera le habría conducido a Ur de Caldea de donde salió el patriarca Abraham pero las condiciones políticas de Irak se lo impidieron y fue sustituida por una “peregrinación espiritual” en Roma el 23 de febrero.
![San Juan Pablo II en el Muro de las Lamentaciones, Jerusalén (2000).](https://www.vidanuevadigital.com/wp-content/uploads/2014/05/juan-pablo-muro-lamentaciones-205x300.jpg)
San Juan Pablo II en el Muro de las Lamentaciones, Jerusalén (2000).
Jerusalén está llamada convertirse en el símbolo de la paz de cuantos creen en el Dios de Abraham y se someten a su ley.
En mi memoria, entre otros muchos recuerdos, prevalece el encuentro con los jóvenes en el lago de Galilea , quizás el lugar que más intensamente evoca la presencia del Señor sin los añadidos discutibles de una historia polémica y llena de contradicciones con el mensaje evangélico. Allí fue donde Jesús confió a Pedro la guía de la Iglesia. Francisco no tendrá tiempo para visitar este “santo lugar” y es una pena pero tres días- y no cinco como sus predecesores- no dan para más.
Benedicto en Tierra Santa
Pocos dias antes de inicar su visita a la Tierra Santa (del 8 al 15 de mayo del 2009) Benedicto XVI concretizó los objetivos de su viaje:
![El papa Benedicto XVI y el príncipe jordano Ghazi bin Talal.](https://www.vidanuevadigital.com/wp-content/uploads/2014/05/benedicto-y-principe-jordano-214x300.jpg)
El papa Benedicto XVI y el príncipe Ghazi bin Talal en Amán (2009).
Seré testimonio del compromiso de la Iglesia en favor de todos los que se esfuerzan por practicar el diálogo y la reconciliación para alcanzar una paz estable y duradera en la justicia y el respeto recíprocos.
Joseph Ratzinger, en efecto, pronunció nada menos que 28 discursos en los numerosas visitas y ceremonias que presidió durante su estancia en Jordania, los territorios palestinos e Israel. Fueron estos precisamente los que causaron alguna decepción porque estimaron que el Papa alemán no había sido lo suficientemente tajante en su condena de la Shoah como si le hubiera faltado energía. Releidos años después no se tiene esa impresión. En todo caso en la última ocasión que tuvo de dirigirse a sus interlocutores judios – discurso de despedida en el aeropuerto Ben Gurion de Tel Aviv- Benedicto XVI no dejó la sombra de una duda sobre sus sentimientos ante el horrendo crimen perpetrado por el nazismo. Durante las intensas jornadas que vivió a Benedicto XVI le seguía el recuerdo y la inevitable comparación con lo que había realizado antes que él el carismático Juan Pablo II; por ejemplo era dificil olvidar la conmoción de Karol Wojtyla delante del Muro de las Lamentaciones y su su tambaleante gesto de depositar en una hendidura del mismo. Ratzinger repitió la ceremonia pero sin el dramatismo de su predecesor. Fue muy impresionante, sin embargo, la misa celebrada en la llamada “montaña del precipicio” de Nazaret donde se congregaron miles de personas para rodear al Papa con su afecto y devoción. Ratzinger seguirá, sin duda, con gran interés el viaje de su sucesor a Tierra Santa. Lo hará desde su retiro vaticano a través de la televisión y estoy seguro de que sentirá una cierta nostalgia recordando todo lo que él hizo y dijo hace ahora cinco años y que ya forma parte de la historia.