El Día Mundial del Medio Ambiente, buena ocasión para refrescar el amor por la Creación
JUAN RUBIO. ILUSTRACIÓN: GONZALO R. CHECA. | Anda el Papa preguntando sobre ecología. “Escribiré una encíclica sobre el Medio Ambiente. No podemos callar ante esta cultura del descarte”, le dijo hace poco al presidente francés Hollande, y lo confirmó el Vaticano.
Ecos del amor a la naturaleza de Francisco de Asís. Queda claro en sus Florecillas y en las biografías de Kazantzakis, Hesse o Pombo.
En el Día Mundial del Medio Ambiente (5 de junio), refresco la pasión por la Tierra, masacrada por la vanidad y el vandalismo de quien mata animales y tala árboles para aumentar cuentas de resultados, destruyendo pueblos vivos y felices.
Jonathan Franzen, el novelista americano autor de Libertad (Salamandra, 2011), se ocupó de la silenciosa devastación ecológica en lugares inciertos.
Convertido en activista del mundo de las aves, escribió en El dolor no os matará, un capítulo de Más afuera, describiendo el aislamiento cibernético:
Cuando sales y estableces una relación real con personas reales, o incluso con animales reales, existe el peligro muy real de acabar queriendo a algunos de ellos. Y a saber qué puede ocurrirte entonces…
En el reencuentro con la fuerza que estalla en la naturaleza, y en su brutal y rutilante energía, el hombre puede encontrarse consigo mismo y con su base natural. ¡El Papa advierte!
- CRÓNICA DEL DIRECTOR: Abdicar, renunciar, jubilarse son caras de la vejez, por Juan Rubio
En el nº 2.897 de Vida Nueva
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