RAFAEL JANÍN ORRADRE (MISIONERO EN TOGO) | Gracias por la publicación, interesantísima, de la entrevista a Vicente Ferrer (número 2.898).
Interesantísima por lo que dice, por cuándo lo dijo y por lo que no dice. Después de haberla leído, caigo en la cuenta de su lógica cuando llegó un momento en que ya no veía por qué tenía que seguir siendo jesuita, misionero y sacerdote.
En realidad, no necesitaba ni ser cristiano. Lo cual no obsta para que, al final de su fecunda vida, el Señor le haya dicho: “Tuve hambre y me diste de comer en tantos hambrientos; estuve desnudo y me vestiste en tantos sin abrigo”, etc.
Lo que imagino es que, como el Evangelio sigue diciendo, él habría respondido: “Pero, ¿cuándo te he visto así, Señor?”. Porque, a lo mejor, en su práctica, quizás había olvidado esa página. ¿No dice él que el que el mundo conozca o no a Jesucristo viene a ser irrelevante?
A mí, que soy casi coetáneo suyo, me ha recordado aquellos años del postconcilio en que tantos pensaban así, en que tantos estuvimos a punto de pensar así. ¿Centrarse en Dios o en el hombre? Y él viene a contestar que Dios no necesita salvarse, que es el hombre el que nos reclama.
Centrados en un Dios que ama a los hombres, que defiende a los pequeños, que prefiere a los últimos. Como canta un himno del breviario en francés:
Así pues, ¿quién es Dios para amarnos así?
¿Quién es Dios, al que no se puede amar si no se ama al hombre?
¿Quién es Dios, al que se puede herir tan fuertemente si se hiere al hombre?
Y lo peor fue que esa actitud sirvió de coartada para los enemigos del Concilio y de su aggiornamento, achacando al Concilio mismo lo que surgió después de él, pero no de él, ni de su entraña.
Gracias a Dios, actualmente parece que ese peligro está conjurado y, quizás ahora, el peligro sea el contrario, por lo que el papa Francisco nos urge cada día a salir en busca del hombre, del excluido, del último, pero desde la alegría del Evangelio.
En el nº 2.903 de Vida Nueva
Pueden enviar sus cartas con sugerencias o comentarios a: director.vidanueva@ppc-editorial.com
