JUAN GARCÍA RODRÍGUEZ (CÁCERES) | Una de las máximas del papa Francisco en el año y medio que lleva de de pontificado es su denuncia constante de la corrupción, tanto en el seno de la propia Iglesia como fuera, siendo la política una de las que más ha atacado.
En una entrevista concedida al diario italiano Il Messaggero, Jorge Mario Bergoglio reconocía su pesar por este mal endémico, pero no culpaba directamente a los políticos. Para el Papa, el problema radica en que:
Es el ambiente el que facilita la corrupción. No digo que todos sean corruptos, pero es difícil permanecer honrado en la política.
En Cataluña, muchos, durante muchos años, hemos considerado honrado a Jordi Pujol… y ciertamente estábamos equivocados.
En efecto, para el Santo Padre, el problema surge por el ambiente cultural en el que vive inmersa la sociedad. “El cambio de época alimenta la decadencia moralmente, no solo en la política, sino en la vida financiera y social”, concluye en Pontífice.
Por eso, para ver realmente un cambio en la política, hace falta que sea la sociedad en su conjunto la que se transforme, la que modifique la cultura en la que está inmersa. En esto pienso como el Papa.
En el nº 2.907 de Vida Nueva
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