(José I. López– Periodista argentino del diario La Nación)
“Es bueno saber que monseñor Bargalló sólo recibió un consejo del Papa: ‘Rece por ellos'”
Mera coincidencia o no, lo cierto es que fueron argentinos los primeros obispos de esta región que visitaron a Benedicto XVI cuando aún perduraba -¡y cómo!- el temblor desatado por el levantamiento de las excomuniones a los cuatro obispos lefebvristas.
Casualidad porque uno de los cuatro, Richard Williamson, rector del seminario latinoamericano de la Fraternidad San Pío X, residía en la diócesis argentina de Merlo-Moreno, cuyo titular, Fernando Bargalló, fue uno de esos visitantes.
Encabezada por el arzobispo de Buenos Aires, el cardenal Jorge Bergoglio -acaba de retornar a su sede tras más de un mes en Roma-, el primer grupo del Episcopado inició la visita ad limina, recorrió dicasterios y habló con el Papa casi cuando se sucedían esos episodios y el Pontífice divulgaba la misiva personalísima con la que explicó su decisión a los obispos del mundo, dolido por críticas e incomprensiones.
Importará colectar impresiones y comentarios de ese paso episcopal argentino por la Curia en tiempos tan convulsionados. Más cuando el portavoz del Papa ha ensayado una seria autocrítica sobre la política de comunicación de la Santa Sede, y el Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales congregó a obispos de todo el mundo para abrir una reflexión que necesariamente desembocará en cambios.
En tanto, y a propósito de la apuntada coincidencia, es bueno saber que monseñor Bargalló sólo recibió un consejo del Papa: “Rece por ellos”. En estos días, el hispano-argentino Alfonso de Galarreta, otro de los beneficiados por la decisión de Benedicto XVI, reemplazó a Williamson y dijo que su comunidad rechaza “acuerdos prácticos” que no contemplen debatir los postulados del Concilio. Bargalló comprendió aún más lo que le había pedido el Papa.
En el nº 2.654 de Vida Nueva.