JOSÉ BELTRÁN | Director editorial de Vida Nueva
“Ya sé que está manido hablar de la primavera de Francisco, pero se palpa en Osoro…”
Sábado. Veo caras que no son habituales en el altar de La Almudena. Me alegra. Ya sé que está manido hablar de la primavera de Francisco, pero se palpa en Osoro. Pocos quieren pronunciarse, nadie quiere hacer de menos al que se va o verse comprometido con el que llega. Respetable. Lección de diplomacia. También la del nuevo arzobispo, que durante una hora y media recibe a quienes quieren saludarle. Son muchos. Abraza a todos, como quienes pusieron rostro al Foro de las Periferias ideado por los Hijos de la Caridad. Entre prostitutas, drogadictos y parados. No es una frase hecha, es real. Evangelio en estado puro o los “incontables” a los que cantaron Ain Karem, que son más que números para el demoledor Informe FOESSA sobre exclusión social.
Lunes. De nuevo Osoro. Se presenta ante los medios. No rehúye preguntas. Al final de la rueda de prensa, saca un libro de su maletín y se arrodilla para dedicarlo. Lo hace de forma espontánea. Naturalidad frente a los corsés de esto sí o no lo puede hacer el arzobispo. Libre. Al vuelo cojo una frase que escucho de alguien de su confianza. “Para él cada encuentro personal es especial”. Se postra. Cambio de ciclo.
Martes. Darío Menor es insaciable. Exprime al máximo el Sínodo. Si hace una semana mostraba en una entrevista el respaldo del CELAM al debate generado por el Papa, llama ahora con una bomba de relojería: Burke. Uno siempre había recogido sus declaraciones tamizadas: lo que dicen que ha dicho que ha comentado… Pero no de primera mano. Darío lo ofrece sin anestesia. Preocupación tras su lectura. Poco de crítica constructiva, de “común unión”. Más papista.
jose.beltran@ppc-editorial.com
LEA TAMBIÉN:
- TRIBUNA: Notas al pie -25 de octubre, por José Beltrán
- TRIBUNA: Notas que no hay que perder de vista, por José Beltrán
- TRIBUNA: Querido lector…, por José Beltrán
