“¡Ojalá hubiese encontrado ayuda!” 

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JUAN GARCÍA. CÁCERES | El 7 de octubre, más de 40 asociaciones de la sociedad civil española se juntaron bajo el lema Cada vida importa para organizar una gran manifestación, el 22 de noviembre, a favor de la vida, la mujer y la maternidad. Desde el anuncio de la convocatoria, los ciudadanos identificados con la defensa de la vida y la mujer, preocupados ante la negativa del Gobierno a reformar la ley del aborto, empezaron a dar a conocer la manifestación desde todos los rincones de España y del mundo.

Desde Colombia llega el testimonio de la modelo Amada Rosa Pérez, víctima de un aborto y, en consecuencia, del síndrome postaborto. En su testimonio, señala:

En esos momentos en que estuve embarazada, ojalá hubiera encontrado la ayuda de alguien que me hubiera dicho algo positivo y bonito, como que ser mamá no es malo”.

El síndrome postaborto es una realidad por la que pasan todas las mujeres que han abortado, ya sea de forma deliberada o de manera espontánea. Entre las manifestaciones de este síndrome están la sensación de culpa y tristeza, desesperación, pesimismo, pesadillas, pérdida de concentración y motivación, llanto continuo sin motivo aparente, pérdida de fuerzas, náuseas. Además, puede desembocar en anorexia, alcoholismo, rechazo a todo lo que suponga compromiso o frialdad afectiva, entre otras muchas consecuencias.

La modelo explica que abortó porque en su entorno solo encontraba mensajes que apuntaban a que lo primero eran sus metas y su desarrollo profesional. Ella confiesa que le dio miedo, que no se lo dijo a sus padres y, finalmente, decidió deshacerse de su bebé.

En el nº 2.917 de Vida Nueva

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