FERNANDO CORDERO MORALES, SS.CC. Pastoralista en el Colegio Padre Damián (Barcelona) | El reloj del Adviento, que ponemos en marcha el domingo 30 de noviembre, es acompañante que impulsa y despierta. Nos invita a velar, a permanecer vivos, activos, comprometidos, con un rumbo claro y no equivocado. Nos orientamos hacia Belén. Se atisba la Estrella en el horizonte. Ahora toca dejarse prender por la vela del primer domingo que se enciende en la eucaristía, que nos alienta a no caminar en la oscuridad ni en el ensueño, sino en la senda de la búsqueda, del encuentro y de la vigilancia. Pongamos el reloj de la oración y del compromiso en marcha. Es tiempo de conversión y esperanza. Estamos ya en Adviento. Suena un suave tictac de fondo en el engranaje de nuestra existencia.
El tictac de la Esperanza al compás del Evangelio [extracto]
Pliego publicado en el nº 2.918 de Vida Nueva. Del 22 al 28 de noviembre de 2014