Ojos nuevos para un mundo nuevo
Título: Ojos nuevos para un mundo nuevo. De la experiencia mística a “otro mundo posible”
Autor: Antonio López Baeza
Editorial: DDB, 2014
Ciudad: Bilbao
Páginas: 150
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JESÚS SASTRE GARCÍA | El autor del libro es conocido por otras publicaciones sobre la oración y por su trayectoria pastoral como sacerdote animador de la Pastoral Obrera y promotor de un laicado adulto y corresponsable en la Iglesia. El hilo conductor de la presente obra es la relación entre una fe auténtica, mística y profética, y el compromiso desinteresado con los necesitados de la humanidad. En esta correlación aparece con toda novedad el Evangelio de Jesús de Nazaret como fuerza renovadora de lo humano, tal como recoge el subtítulo: De la experiencia mística a “otro mundo posible”.
Desde su vivencia de fe, escribe Antonio López Baeza: “Nada me interesa un libro en cuyo contenido no veo, como en un espejo, algo mío reflejado, y que me ayuda a conocerme más a mí mismo y a comprender mejor alguna característica del mundo en que vivo” (p. 13). Esto resulta especialmente importante en el tema que nos ocupa, “la experiencia mística en su relación con la posibilidad (necesidad) de un mundo más justo y fraterno” (p. 14). Una de las percepciones que tiene el místico es que “se afianza el yo como un nosotros en el que nadie ni nada falta” (p. 16).
El volumen consta de trece capítulos breves, en los que el autor desgrana en lenguaje sapiencial lo que ha ido descubriendo en el cristianismo y en otras religiones a lo largo de su vida, y que ahora nos ofrece en una síntesis sugerente. Descubrir las raíces comunes de la experiencia mística en lo diferencial de las religiones es una constatación reconfortante, pues habla, al tiempo, de la apertura a la acción universal de Dios y de la presencia del Verbo en todas las religiones de la tierra.
El capítulo VI es la clave de bóveda del libro: “El Dios despojado de sí mismo coindice con el Dios más grande”. Por eso Jesús de Nazaret, el Cristo, enriquece la experiencia mística universal y ayuda a encontrar a Dios en los “signos de los tiempos” y en la vida cotidiana. La perspectiva se abre en el capítulo XIII, al desarrollar la aportación que hacen la mística y el profetismo a un mundo globalizado.
Las últimas páginas (135-146), a modo de conclusión, son una “Súplica a mi Iglesia”. Escribe López Baeza: “Pido a mi Iglesia, la cristiano/católica, que sepa situarse a la altura de los tiempos. Asumir la responsabilidad y el riesgo de aportar, en comunión/diálogo con todas las religiones de la tierra, su enorme caudal místico, que nunca ha faltado en su seno, aunque no siempre haya gozado de carta de ciudadanía oficial” (p. 140). Todo un reto para la pastoral y la educación de la fe, que remacha la propuesta del papa Francisco: evangelizar desde la dicha de la vida en plenitud.
Cierra estas páginas una bibliografía de 65 títulos, que se refieren al tema tratado desde ángulos muy diferentes pero complementarios.
En el nº 2.921 de Vida Nueva