SUSO D. MADRID (A CORUÑA) | El Papa, en su saludo de Navidad a la Curia, dijo que esta es un pequeño modelo de la Iglesia, un cuerpo complejo, compuesto de miembros diversos, dinámico. Pero que este cuerpo no puede vivir sin nutrirse de la relación con Cristo.
Sin la oración cotidiana y la caridad vivida, el miembro de la Curia se convierte en un burócrata, en un gajo que poco a poco se muere y es tirado lejos. Sin Jesús no podemos hacer nada. La relación con Él alimenta la relación con los otros. El Espíritu de Dios une; el del mal divide.
Seguidamente, el sucesor de Pedro hizo una lista de tentaciones y enfermedades curiales. Siguiendo el catálogo de los Padres de la Iglesia, invitó a prepararse al sacramento de la Reconciliación, que seguro es un buen paso hacia la Cuaresma.
En el nº 2.930 de Vida Nueva
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