JOSÉ LORENZO | Redactor jefe de Vida Nueva
El PP es como Cáritas. Esto, según el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que recurrió a esa comparación para defender un informe de la Agencia Tributaria en el que se comparaba el tratamiento fiscal de las donaciones recibidas por su partido –en el marco de la investigación por la trama Gürtel– con las de las ONG sin ánimo de lucro, como Cáritas, a la que citó. Ambas instituciones, dijo el ministro, sirven “al interés general de la democracia”.
Pero, y aun cuando se ha confesado “católico practicante y estoy muy honrado de formar parte de un Gobierno que ha habilitado en términos de presupuestos este año 20 millones de euros para la primera ONG, que es Cáritas”, mucho me temo que ahí acaban las presuntas similitudes con el PP.
Para empezar, el propio Montoro no comparte la visión de la pobreza en España que tiene la organización católica, como les hizo ver a sus representantes, a los que les dio un tirón de orejas por los periódicos informes en donde han radiografiado la huella que esta gran crisis ha dejado en nuestra sociedad, perspectiva que se desdeña cuando se gobierna. Poner número a las víctimas, visibilizar el impacto de los recortes, constatar el incremento de la desigualdad entre las personas, advertir con datos del peligro de fractura social o detectar el surgimiento de una nueva estructura social caracterizada por el crecimiento de la escasez y la vulnerabilidad, como ha hecho Cáritas en sus ricos y valientes estudios, es difícil de tragar incluso para otros políticos católicos de comunión diaria.
Pero no solo en estas apreciaciones se diferencia Cáritas del Partido Popular. También hay una sensibilidad claramente contrapuesta en la interpretación del trato al prójimo, aunque tampoco gusten ni un pelo a otros católicos del Gobierno sus denuncias sobre las devoluciones en caliente en la frontera sur o esas redadas policiales “con marcado sesgo racial”, incluso a las puerta de los servicios sociales.
Y aún se me ocurre otra diferencia para completar este espacio. Los 20 millones que cita Montoro son los que los españoles le asignan a Cáritas en la casilla del IRPF, al contrario de lo que sucede con el dinero que reciben los partidos. Aunque es justo reconocer que la mayor parte del dinero que recauda procede de lo que, euro a euro, recolecta en las parroquias.
En el nº 2.935 de Vida Nueva