ANTONIO PELAYO | Corresponsal de Vida Nueva en Roma
No hemos detectado que se hayan derramado lágrimas en la Congregación para la Educación Católica al hacerse público el cese del que ha sido su prefecto desde noviembre de 1999, el cardenal polaco Zenon Grocholewski, tras haber cumplido la reglamentaria edad de 75 años.
Tampoco ha producido excesivos entusiasmos el anuncio del nombre de su sucesor, el cardenal italiano Giuseppe Versaldi, hasta ahora presidente de la Prefectura de Asuntos Económicos, organismo destinado a desaparecer en la próxima reforma de la Curia romana.
Este piamontés de 72 años es un “bertoniano” de hierro (fue vicario general cuando Bertone era obispo de Vercelli), y esa estrecha relación con el entonces secretario de Estado le encumbró al frente de la prefectura antes citada.
A Bergoglio –nos parece– no le queda más remedio que arar con los bueyes que tiene, aunque algunos de ellos estén cansados y resabiados.
En el nº 2.936 de Vida Nueva