JOSÉ BELTRÁN | Director editorial de Vida Nueva
JUEVES 9. Presentación en San Pablo. La Vida Religiosa se deja entrevistar por Luis Esteban Larra Lomas. Bien que hacen. “Durante el primer encuentro para este libro, salí llorando porque mi interlocutor lloró”. Fruto de la entrega. Desgastarse. Y ser feliz. Lo certifica Cristina López-Schlichting: “Nadie es capaz de decir en antena que es feliz, quizá porque no lo son, salvo los religiosos. Son la serena felicidad”. Doy fe.
VIERNES 10. No nos hacemos entender. Traducir sin rebajar. Lo cuenta Vian. Ya saben, director de L’Osservatore Romano. Escapada a Madrid para la 44ª Semana de Vida Religiosa, abarrotada. “En el periódico hemos decidido eliminar la expresión ‘ministerio petrino’ y cambiarla por ‘servicio a la Iglesia’, porque la gente no entiende nuestro lenguaje”. Y si no nos entienden, no nos leen”. Y si no nos leen, ¿para qué escribir?
SÁBADO 11. Dios está en las redes. En las de iMisión. Más allá de ser voz en lo virtual, no conozco otra iniciativa que aglutine de forma sana a todas realidades eclesiales sin que nadie se sienta ajeno. Comunión real en lo digital. “Ni de Facebook ni de Twitter, somos de Cristo”. Isidro Catela en menos de 140 caracteres.
DOMINGO 12. Una verruga quemada con nitrógeno líquido en la mano izquierda. Poca poesía la de las quemaduras. Molesto. Incómodo de ver, tanto que se detiene en la herida y se recrea en el dolor. Decido cubrirlo con una gasa. Solo una gasa y el dolor se aplaca. Porque la mirada cambia. No se ignora, pero sí se parcela. Para reconocerse en la herida durante la cura. Pero para evitar que contagie el resto de la mirada.
jose.beltran@ppc-editorial.com
En el nº 2.937 de Vida Nueva.