(Alberto Iniesta– Obispo Auxiliar emérito de Madrid)
“El Compendio de la Doctrina Social defiende la propiedad privada y la libertad de comercio, pero matiza que a eso no debe llamarse propiamente capitalismo, sino economía de mercado, economía de empresa o economía libre“
Con ocasión de la crisis económica, en la opinión pública occidental puede estar sucediendo con respecto al capitalismo algo así como ocurrió respecto al comunismo, en sus tiempos de mayor expansión. Bien se sabía que aquella feroz dictadura no era un chisme inventado por Franco para defender la suya, sino una terrible realidad. Sin embargo, muchos miraban para otro lado, y se justificaban, pensando que si bien el comunismo era una dictadura que oprimía la libertad y los derechos humanos, al menos, creaba riqueza y la distribuía justamente, la ciencia y la industria progresaban, y la cultura era estimulada y apoyada.
Pero cuando cayeron el telón de acero y el muro de la vergüenza, se comprobó que aquel paraíso comunista era un infierno, también en lo económico, que estaba dejando al país esquilmado en todos los aspectos, agrícola, científico y ecológico.
Pues algo así ha sucedido con el capitalismo. Aparte de los comunistas, partidarios de su desaparición, los socialdemócratas y muchos cristianos reconocían que el sistema capitalista permitía o promovía muchas injusticias, pero se le toleraba porque, al menos, producía riqueza y algo se redistribuía en el estado de bienestar.
¿Qué dice la Iglesia? El Compendio de la Doctrina Social defiende la propiedad privada y la libertad de comercio, pero matiza que a eso no debe llamarse propiamente capitalismo, sino economía de mercado, economía de empresa o economía libre. En cambio, sí utiliza la palabra capitalismo cuando se trata de condenarlo sin ambages, ya que se trata de un sistema en el cual la libertad en el ámbito económico no está encuadrada en un sólido contexto jurídico que la ponga al servicio de la libertad humana integral (Compendio, n. 335). Ahora bien, con ocasión de la crisis, se ha comprobado que además de ser injusto, el capitalismo nos ha traído la ruina.
En el nº 2.657 de Vida Nueva.